Opinión
Políticas pedorras
En los últimos tiempos han proliferado las “activistas menstruales” y se proponen proclamar su nueva “educación menstrual”
Un día mi marido llegó a la oficina muy temprano topándose con la señora de la limpieza, a la que aprecia:
_Buenos días_ dijo ella.
_Buenos días, ¿cómo está usted?_ Respondió él.
_Pues sangrando como una cerda, me duele hasta el culo y me voy por arriba y por abajo.
_ ¿Cómo? ¿Puedo ayudarla? _ Preguntó abrumado por la inesperada bofetada de hiperrealismo tan temprano.
_No no… lo de siempre, ando jodía de un reglazo y empapada.
_Lo siento, Jacinta_ Musitó él alejándose lo más posible de tan escatológico ser. Desde entonces, pasa por antipático ya que jamás pregunta “¿qué tal?” a individuo (y menos aún a individua) que no pertenezca a un círculo estrictamente íntimo.
No obstante, hoy les escribo menstruando, sí como lo leen, porque parece que soy, hasta la nueva clasificación social: “una persona con útero”, antiguamente denominada mujer y es lo que tiene. Y duele, ¿eh? No exageraba Jacinta, pero sigo trabajando porque el patriarcado ha desarrollado toda una industria (la tecnología menstrual, cada vez más avanzada) para minimizar los “periodos” (no quisiera soltar eufemismo alguno que reste envergadura, dignidad… ¡¡prestigio!! a esto que nos ocurre cada 28 días a las BIO hembras humanas) y que, por tanto, trabajemos más.
Y ya que me libero públicamente de semejante reserva… sepan ustedes que por muy ecológica que sea, no me gusta la copa menstrual, ni cuerpo extraño alguno, dentro de mí, ¿desean más detalles? Imagino que no, yo misma me siento algo incómoda al darles información jamás solicitada, pero, también de acuerdo a las nuevas convenciones morales, pretendo modernizarme y no ceder ante lo que parece un intento del patriarcado de silenciar o minimizar la menstruación.
Las modernas lo llaman “Orgullo menstrual”, que “hay que salir del armario menstrual” y yo, como ellas, deseo este fin de año sororizar y empoderarme porque la sangre es de color rojo, ¿saben?. Si no lo saben, hijos del patriarcado, es por culpa de un sistema opresor, creado por otros hijos del patriarcado, que pretende camuflar la verdadera significación de la fisiología femenina desde unos anuncios de compresas (fascistas, como todos los plásticos) que exhiben por tejido conectivo un líquido azul que huele a nubes…
Se acabó ¡¡Menstruación digna para todes!! ¿A qué huele el Sanchismo? Ahora dice el PSOE que “la menstruación es política” y reunido en colaboración con la Asociación Amba Menstruación Digna, ha reivindicado “Justicia Menstrual” para que todes manifestemos con naturalidad cuándo y cómo tenemos la regla para romper con «los estigmas de una tradición patriarcal” que pretende ¿negarnos nuestro derecho a menstruar?
Vamos a ver, yo entiendo que la parafernalia requerida en estos casos tiene un coste y que las mujeres y niñas más desfavorecidas económicamente podrían recibir ayudas en ese sentido. El Parlamento escocés recientemente ha aprobado una ley que establece el acceso gratuito y universal a los productos de gestión higiénica. Países como Francia o Reino Unido tienen un IVA reducido y otros como Kenia, Canadá o Irlanda no aplican tasas a estos artículos y no parecen medidas descabelladas pero lo del “Orgullo Menstrual”… ¿Verá nacer 2021 el nuevo Ministerio de la Menstruación? ¿Regulará el Estado las menstruaciones de nuestres hijes con útero?
En cualquier caso “¡tengo la regla! ¿Qué pasa?”; Cristina Rubio, presidenta de la asociación sin ánimo de lucro AMBA dice que debemos clamarlo sin cuartel.
En los últimos tiempos han proliferado las “activistas menstruales” y se proponen proclamar su nueva “educación menstrual” para que todes las “personas con útero”, como yo, defendamos nuestros derechos como colectivo pisoteado y ninguneado. En Youtube podemos escuchar decenas de divulgadoras menstruales y en Instagram las ilustradoras no paran de dibujar compresas manchadas de sangre, excusados sucios y bragas usadas para derribar lo que consideran un muro de opresión. Muchas, esto ya desde hace años, recomiendan la práctica del Sangrado Libre, en la que no se utiliza ningún producto (falsos amigos, herramientas avasalladoras del patriarcado, en realidad) para esconder o recoger el flujo menstrual. Practicar el free bleeding_aseguran_ y utilizar la sangre como un acto simbólico les hace sentir más empoderades que nunca.
Pantone Color Institute, siempre al quite de cualquier oportunidad ha creado el rojo PERIOD en homenaje a la menstruación. Un rojo energizante y dinámico para no negar la realidad sangrienta, como en los anuncios de compresas (colonialistas y tiranos), visibilizar la regla y empoderar a las personas_ dice la nota de prensa_ para que hablen con libertad y satisfacción sobre sus periodos.
En fin, lectores míes, espero que a partir de este año no experimenten ni una sola menstruación sin que el mundo se entere y les felicite. Eso sí, ya que parece que la libertad pasa por exhibir la fisiología y sus diversos miasmas, entiendo que la siguiente moda serán las regurgitaciones, las heces, las flemas, las mucosidades de toda procedencia y, como no, los tan glosados por Cela, y hasta Quevedo, ambos pioneros en esto del empoderamiento ventoso: ¡los pedos!
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