Salvador Illa
La buena y la mala noticia sobre Illa
Salvador Illa es el ministro más sobrevalorado que he conocido. Es la asombrosa historia de un ministro inexperto, incompetente, errático y aburrido hasta la extenuación que aparece bien valorado en las encuestas gracias a una pandemia que no ha sabido gestionar. En su favor hay que decir que es amable y educado. No hay ningún atisbo de esa insufrible e inconsistente prepotencia que muestran muchos dirigentes de la izquierda de escuálida formación académica y experiencia profesional. La cuestión previa es dilucidar el gran misterio de por qué un oscuro e inexperto miembro del aparato del PSC consiguió sentarse en el consejo de ministro. Es cierto que, desde hace años, he perdido la admiración que tuve por la condición ministerial y ahora la limito a aquellos titulares, sin importarme la ideología, que merecen esa consideración. La buena noticia sobre Illa es que deja de ser ministro y la mala es que regresa a Cataluña para encabezar la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Es verdad que es otro cargo devaluado y que cualquiera puede ocuparlo. No hay más que ver los personajes esperpénticos con que hemos sido castigados los catalanes en la última década.
Al margen de que tenga alguna posibilidad, lo que podemos asegurar, sin margen de error, es que es imposible que lo haga peor que Artur Mas, Carles Puigdemont o Joaquim Torra. Este trío consiguió acabar con el prestigio que teníamos los catalanes de gente seria y eficaz. A esto se añadió la corrupción masiva, a lo bestia, que se ha vivido en Cataluña durante décadas. Hoy me siento generoso y le otorgo el beneficio de la duda a Illa, cuya experiencia en la gestión es una pequeña población como la Roca del Vallés y su incompetencia al frente de Sanidad, porque a lo mejor necesitamos un político gris y aburrido al frente de la Generalitat. Es difícil que lo hiciera peor que el delirante gobierno actual y sería, además, un sumiso y bienmandado «delegado del gobierno bis» de Sánchez. Nada más podemos esperar del sucesor de Iceta, que ha sido premiado con un ministerio, y seguramente acabará de vicepresidente coartada en un gobierno independentista-socialista-comunista encabezado por ERC. Algo similar a su camarada Idoia Mendieta con el PNV en el País Vasco. Iceta cierra su etapa catalana, Illa lo sustituirá también al frente del PSC, con el premio de Política Territorial, que es un retiro dorado sin competencias, donde parece que había una ministra ignota llamada Darias que exilian a Sanidad para emparejarla con la estrella mediática Simón.
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