
Insensateces
Patriotas
Donald Trump provoca en los gobernantes de los países reacciones extremas: o de profundo vasallaje o de sobreactuaciones en contra
Esta semana ha sido la de hacer chistes sobre Pedro Sánchez. Y memes también, y viñetas, y se usa la IA para montajitos. El presidente del Gobierno, es verdad, se ha rodeado de gente muy peculiar a la que le estamos encontrando las costuras abiertas de manera burda. Pensar en el estilo de Ábalos, Koldo y Cerdán se hace muy difícil, es muy complicado imaginar que se comportaban como lo han hecho. Es imposible hacerse a la idea de tanta zafiedad en las manos de personas que gestionaban asuntos importantes de España. Y luego está Sánchez.
Yo no sé en qué va a acabar todo este follón, la verdad. No sé cómo va a finalizar el jefe del Ejecutivo y, si se prueba y constata que estaba en el ajo, que caiga lo que tenga que caer y sin miramientos. Pero quería centrarme en lo que ha pasado esta semana en la Cumbre de la OTAN, donde muchos se han frotado las manos con la postura de Trump y han disfrutado de las amenazas y del ninguneo al que ha sometido al Presidente del Gobierno español.
Donald Trump provoca en los gobernantes de los países reacciones extremas: o de profundo vasallaje o de sobreactuaciones en contra. Entre los primeros, el propio Secretario General de la OTAN, excesivamente adulador en sus formas con el presidente de los Estados Unidos, a la altura de Fernando Galindo «un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo», dando un poquito de vergüenza ajena, para qué vamos a decir otra cosa. En ese mismo pelotón, todo el corifeo ultraconservador, encabezado por Meloni, esa señora que se dedica a gesticular como un mimo, como si con las palabras no bastara, con lo bonito y expresivo que es el italiano. Pero Trump, de pronto, se ha fijado en España. Y nos ha amenazado. Lo ha hecho por la postura de Sánchez sobre el gasto militar (discutible, obviamente) y mucha gente de este país se ha alegrado. No es que se hayan preocupado, no, es que se han alegrado muchísimo. Es que están felices con que ese patán de color dorito nos haya deseado y prometido sufrimiento. Es que la están gozando. Hay que joderse con los patriotas.
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