Joe Biden
Entre el Capitolio y el Parlament
El 20 de enero es la fecha establecida cada cuatro años para que tomen posesión de su cargo los presidentes estadounidenses electos «el primer martes del mes de noviembre» anterior, en una ceremonia solemne en las escaleras del Capitolio en Washington DC. Sin embargo, la ceremonia de ayer no fue una más de una larga serie ininterrumpida en la historia de los EE.UU., sino una muy diferente por las circunstancias excepcionales que han rodeado esta elección, y que son sobradamente conocidas.
Lo novedoso es que otro proceso electoral «distinto y distante» –el autonómico catalán– no ha querido ser menos, y está siendo también singular, como lo es todo desde que en 2012 se activara el malhadado Procés. Lo que mal empieza suele acabar mal, y las elecciones a la Generalitat están cumpliendo con el refrán: la actual legislatura comenzó en diciembre de 2017 eligiendo un President, Joaquim Torra, desconocido para la inmensa mayoría de los votantes –octava posición de la candidatura por Barcelona– y designado por el dedo de Waterloo. Inhabilitado por desobediente y sin sucesor por orden también del prófugo, las elecciones del 14-F han sido desconvocadas invocando la pandemia, –en realidad, por intereses partidistas– para celebrarlas el 30 de mayo, con Illa como protagonista. Ayer el TSJ de Cataluña acordó suspender esa decisión, por lo que de momento todo está en el aire… Al final quizás no sean ni una ni otra fecha, sino en marzo si el virus –pero el de verdad– no lo impide. Un espectáculo propio del Procés.
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