Comunidad de Madrid

Tres son multitud

Aquí de momento es Díaz Ayuso la que marca el camino.

¿Caben tres derechas en España en general y en Madrid en particular o por el contrario son multitud? El interrogante ha sido contestado al menos hasta ahora a nivel nacional con un contundente pero solo coyuntural «sí» reflejado en la presencia de tres grupos en el Congreso, dos de ellos –PP y Vox– segunda y tercera fuerza del país. Pero como en política nada es eterno, tal vez Madrid, –estos días epicentro de la gresca política hispana– pueda acabar marcando un significativo cambio a la hora de reflejar el pragmatismo del voto útil con todo lo que ello supondría de inevitable lección para algunas voces no precisamente identificadas con el «ayusismo» y hasta ahora incapaces de hilvanar la tan deseada reunificación de ese voto del centro derecha.

De no haber sorpresas, el 4 de mayo Díaz Ayuso revalidaría el gobierno en la codiciadísima comunidad madrileña y probablemente con esa mayor libertad de manos que hasta ahora no le permitía la presencia de Ciudadanos dentro de su gobierno, al menos con la referencia de Ignacio Aguado. De ocurrir así, será muy probablemente porque el electorado habrá dicho que en Madrid tres partidos de la derecha son sencillamente multitud. El panorama en ciernes, aun siendo claramente beneficioso para el líder del PP, Pablo Casado, en la expectativa nacional, también tendrá mucho de una lectura a la que el presidente popular habrá de dedicar no pocas horas de su tiempo, de entrada, porque a los contrapesos del poder a Génova 13 con Alberto Núñez Feijoo y Juan Manuel Moreno Bonilla como principales referentes, se sumaría ya con plena demostración de fuerza el de la presidenta madrileña, pero sobre todo, porque un claro triunfo de ésta en los comicios del «4-M», muy probablemente a costa de la desaparición de Ciudadanos y de una notable mengua de Vox, sería la primera demostración de que hacer política sin complejos no tiene porqué corresponderse con bruscos golpes de timón hacia un supuesto centrismo a costa del repudio público hacia la derecha contigua, sobre todo porque enfrente hay una izquierda no precisamente escrupulosa a la hora de trenzar apoyos con quien haga falta. Si Mariano Rajoy en una mala tarde cometió el error de invitar a liberales a irse al partido liberal y a conservadores a irse al partido conservador, tal vez lo inteligente hoy sea ahora justo lo contrario… y aquí de momento es Díaz Ayuso la que marca el camino.