Cataluña

El lío de la mesa de diálogo

La independencia es también un enorme negocio que da de comer a decenas de miles de catalanes

Hay un empeño en creer que el problema son los indultos cuando siempre he tenido claro que lo es la mesa de diálogo. Estoy en contra de los indultos. Lo he dicho y escrito en numerosas ocasiones, pero si fueran la solución sería su defensor más fervoroso. Estaríamos, espero que se me entienda, ante un aspecto irrelevante y quiero recordar que siempre defendí que había sido una rebelión. No hay arrepentimiento y les gustaría hacerlo otra vez, aunque en todo caso esperarán a que se modifiquen este tipo de delitos en el Código Penal. Es más, pueden hacerlo una vez al año y así se desahogan. Se reúnen en el parlamento de Cataluña, lanzan algunas soflamas, aparecen los alcaldes independentistas con sus bastones y sacan a pasear las esteladas que, por cierto, son muy feas. Y así los catalanes tenemos otra fecha mítica como el 11 de septiembre, donde conmemoramos una derrota. La lista de mitos es enorme, aunque cuentan con numerosos estómagos agradecidos, entre historiadores y pseudohistoriadores, no incluyo a los periodistas del régimen independentista, dispuestos a promover o avalar cualquier despropósito.

Una vez constatado que «lo volveremos a hacer» forma parte del teatro sentimental que organizan para mantener viva esta nueva religión y que los heroicos patriotas no querrán otra condena, el indulto es un efecto placebo que no sirve para resolver el problema. Es bueno recordar, parece que la ingenuidad hace que algunos lo olviden, que la independencia es también un enorme negocio que da de comer a decenas de miles de catalanes. El patriotismo y la cartera se mezclan con una velocidad pasmosa creando una continuidad entre los estómagos calientes del pujolismo y los del independentismo. La política se ha convertido en un modo de vida y para algunos tan atractiva como heroica. Estamos inmersos en el tiempo de los relatos y queda muy épica la idea, aunque sea falsa, de un pueblo luchando por su libertad. Como los húngaros frente a los Habsburgo, los escoceses defendiendo a los Estuardo ante la opresión inglesa o los católicos contra los protestantes en Irlanda. Por tanto, una vez completados los indultos, llega el lío de la mesa negociadora donde ERC y JxCat, que se odian, necesitan levantarle la cartera a Sánchez. Espero que no se deje.