El trípode del domingo

13 de julio en la Historia

Y sería Nuestra Madre la mensajera, pidiendo la consagración a su Inmaculado Corazón, ya que Dios quería que fueran devotamente venerados el Corazón de Jesús junto al Inmaculado de Su Madre

Esta fecha es muy destacada en la historia desde hace exactamente 108 años. Ese día de 1917 en Fátima, una pequeña aldea de Portugal, la Virgen María les daba un mensaje a tres criaturas de 7, 9 y 10 años: Jacintita y su hermano Francisco –hoy ambos canonizados por la Iglesia–, y Lucía, la prima de ambos, respectivamente. Ese mensaje ha pasado a la Historia conocido como el del «Tercer secreto», al considerar que constaba de tres partes que, a medida que la Virgen lo autorizaba, serían desveladas por Lucía, la única superviviente de los tres al ser su mensajera, como Ella ya les había anunciado. Así fue como el mensaje quedó secreto en sus dos primeras partes hasta 1941, una vez acreditada la dramática profecía de «una guerra mayor» que la que en aquel año 1917 se producía (la Primera Guerra Mundial), y con la «mayor» anunciada (la Segunda), comenzada hacía ya dos años. Y había pedido conversión a la humanidad para evitarla, por ser las guerras «consecuencia de los pecados de los hombres». Doce años después, en 1929, Lucía era religiosa Dorotea en Tuy, Galicia, y se le apareció para decirle que «para evitar la guerra, para el Cielo había llegado la hora de que el Papa hiciera la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, en comunión con todos los obispos del mundo». Porque no se había producido en aquellos «felices 20» ningún atisbo de la conversión pedida a la humanidad. Los juicios humanos se impusieron a la petición del Cielo… y vino la guerra. En el mensaje también se incluía la promesa de la conocida como devoción de «los 5 primeros sábados de mes», prometiendo que quien la cumpla, en el momento de su muerte obtendrá la gracia necesaria para, correspondiendo a ella, obtener la salvación del alma. Es significativo saber que, para prevenir la Revolución Francesa, había venido un siglo antes el Sagrado Corazón de Jesús y le reveló a Santa Margarita M. de Alacocque la devoción de los «9 primeros viernes de mes». En 1917, año de la Revolución Bolchevique en Rusia,–considerada otra vuelta de tuerca a la francesa de 1789–, el Cielo bajó la «nota de corte» (de 9 a 5) para salvarse. Y sería Nuestra Madre la mensajera, pidiendo la consagración a su Inmaculado Corazón, ya que Dios quería que fueran devotamente venerados el Corazón de Jesús junto al Inmaculado de Su Madre. Hubo que esperar hasta el 2000 con Juan Pablo II para que el Tercer Secreto fuese desvelado, aunque «solo» de la visión recibida aquel lejano 13 de julio. A la espera de su interpretación, comunicada por Ella a Lucía.