Política
La Kitchen como estrategia
«Esto de la presunción de inocencia es una chorrada para la izquierda política y mediática»
No hay que ser ingenuos. La izquierda política y mediática utiliza el caso Kitchen dentro de una estrategia partidista muy bien orquestada. Las encuestas muestran un claro y persistente crecimiento del centro derecha, que incluso podría alcanzar una mayoría suficiente para gobernar. Los escándalos que afectan al PP son estirados como un chicle, algo que no había sucedido nunca. Hasta la llegada de esta nueva izquierda, incluso el PSOE, surgida de las cenizas del 15-M, la responsabilidad política se sustanciaba con el resultado electoral y la penal en los tribunales. Los últimos años de Felipe González fueron una sucesión de escándalos de corrupción así como del conocimiento de los crímenes de Estado cometidos por los GAL, que habían sido organizados desde el ministerio del Interior. Tras las elecciones del 96 se pasó página y las causas siguieron su recorrido judicial. En cambio, ahora estamos en un todo vale con tal de atacar al PP, porque políticos y periodistas están al servicio del bien mayor que es la continuidad de Sánchez. Lo mejor de lo que vivimos es que no servirá de experiencia para los dirigentes del PP que nacieron y viven acomplejados frente a la izquierda.
Esto de la presunción de inocencia es una chorrada para la izquierda política y mediática que solo la aplica con los suyos mientras que el resto son descalificados de forma inmisericorde. Cuando quedan exonerados ya han sido destruidos y sus carreras acabadas. Ahora toca la Kitchen donde han convertido la condición de investigado en condenado sin solución de continuidad. Hemos pervertido esta institución jurídica, que es una garantía para acudir acompañado de un letrado ante el magistrado instructor, porque se considera que es una constatación de una culpabilidad. El daño que sufren los afectados es enorme, pero no importa porque todo vale para ir contra el PP. Estos días hemos escuchado afirmaciones categóricas según las cuales el Caso Kitchen es un «delito de Estado», «el más grave que se ha cometido desde la Transición» o que el «PP debería ir a la autodisolución». Es alucinante. Ni siquiera se ha concluido la instrucción o abierto juicio oral. No hay ninguna sentencia firme. Y luego les sorprende que Casado no quiera hacerles el juego y por ello no contesta preguntas del pasado.
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