Cataluña

Sánchez debe explicar su plan en el Congreso

Durante una década, en Cataluña la política se ha hecho en la calle. No sólo con grandes movilizaciones, sino a través de asociaciones –como Omnium o la ANC– que llegaron a ocupar el papel de los partidos. Ya sabemos donde condujo esa «encarnación» de la voluntad popular: a un callejón sin salida sin posibilidad de encaje institucional alguno. El desprecio al orden constitucional de los partidos independentistas permitió que la calle se adueñara de la mismísima Generalitat. No es el caso, claro está, del acto que se celebró ayer en la plaza de Colón de Madrid, pero sí que es consecuencia de los hechos acaecidos en Cataluña en el otoño de 2017. Ayer, una parte de la sociedad española mostró su rechazo a los indultos que el Gobierno ha anunciado y todos, desde el propio Pedro Sánchez, al líder de la oposición, Pablo Casado, deben ser conscientes de esta compleja situación política y abordar entre ambos el problema y la solución. La calle ha hablado y ha expresado con rotundidad un sentir que muchos sondeos –también los del propio Gobierno– ha confirmado como amplio en la sociedad española. No es un tema menor, porque los delitos que ahora se indultarían no lo eran –atentaban contra la legalidad democrática–, por lo que es necesario que sea el propio Pedro Sánchez el que asuma la responsabilidad de comparecer en el Congreso para explicar las condiciones y acuerdos para aplicar los indultos sin que en ningún momento se vean menoscabados los derechos comunes de todos los españoles y territorios. De la misma manera que Rodríguez Zapatero explicó en el Congreso el inicio de negociaciones con ETA, Sánchez debe también comparecer y despejar cualquier duda sobre los motivos reales que le han llevado a tomar una iniciativa tan importante como excarcelar a los que pusieron en riesgo nuestro orden constitucional. Ahora es el momento de la política, obviamente dentro de un marco legal, a la que no debe renunciar el PP, porque apoyar una concentración legítima y justa como la de ayer en Madrid no le exime de su responsabilidad como partido de Estado. Si Sánchez debe acudir a la sede de la soberanía nacional a explicar sus planes, Casado también está obligado a plantear cuál es su proyecto para Cataluña. Sabemos que el «procés» envenenó la política y criminalizó a los partidos constitucionalistas –aunque CiU gobernó siempre con el apoyo de los populares, que no se olvide–, pero el PP debe asumir su papel de partido de gobierno.