Tribunal Constitucional
La derrota del estado de alarma
En el Tribunal Constitucional se sientan grandes juristas cuyo prestigio es incuestionable y que actúan de acuerdo a sus conocimientos y conciencia
No tenemos todavía el contenido íntegro de la sentencia del Tribunal Constitucional que ha estimado parcialmente el recurso de inconstitucionalidad de Vox contra varios preceptos del decreto-ley 463/2020 que declaró el estado de alarma para la gestión del covid-19. Espero tener la oportunidad de leerla para opinar con mayor profundidad, porque es un tema enormemente interesante y, además, soy profesor titular de Derecho Constitucional. No lo hago por darme ninguna relevancia, sino para expresar que siempre he tenido muy claro que estábamos ante una cuestión enormemente compleja y que permitía diversidad de interpretaciones. Me resultaba tan defendible y sólida una posición a favor como en contra, pero solo una cabía en la Constitución. Es verdad que los juristas de Wikipedia o los seguidores de los argumentarios de los partidos tenían más clara su opinión, pero me gusta recordar que los juristas se dedican al estudio del Derecho. Es fácil sentar cátedra desde la osada ignorancia. Me cuesta mucho hacerlo en los temas académicos, salvo que cuente con la certeza de un cuerpo doctrinal o sentencias que lo avale. Es posible dar opiniones, pero la cautela siempre es una buena consejera.
La controversia interpretativa se ha constatado con la profunda división del alto tribunal. La sentencia se ha aprobado por 6 votos contra 5, habiendo anunciado, además, que estos últimos han formulado votos particulares. En el Tribunal Constitucional se sientan grandes juristas cuyo prestigio es incuestionable y que actúan de acuerdo a sus conocimientos y conciencia. Por tanto, no se puede descalificar a los que han votado en un sentido o en otro. He escrito varios artículos cuestionando el estado de alarma porque creía que no era el instrumento adecuado, pero también he entendido y analizado las posiciones de los juristas que lo defendían. Conozco a los magistrados que han formulado los votos particulares, que tienen sensibilidades ideológicas diferentes, por lo que no se puede politizar la sentencia. No hay un bloque gubernamental frente a otro de la oposición. Esta interpretación es un auténtico despropósito. El Gobierno ha reafirmado su posición sobre el carácter imprescindible de la medida que adoptó y se ha mostrado sorprendido. La decisión de confinar a la población en sus domicilios me pareció una limitación excesiva sin un adecuado sustento legal. Ahora hay que esperar al texto y los votos particulares.
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