Ministerio de Economía

El gran reto de Nadia Calviño

Calviño, por azar o no, encara un reto político trascendental. Y tenaz, como es ella, puede salir airosa incluso frente a Yolanda Díaz. Sería lo mejor para España

Nadia Calviño se ha convertido en la número dos de Gobierno. Lo es de derecho, como vicepresidenta primera, y ahora afronta el reto de serlo también de hecho. Eso significa que, además de ser una técnica excelente, debe ejercer como política para tener éxito. Durante años se movió con soltura y eficacia por los enrevesados vericuetos de la Comisión Europea. No obstante, siempre fue una técnica, que ascendió hasta lo más alto que ha llegado nunca un/una español/a en las Instituciones Europeas. Sánchez, que no la conocía personalmente, la llevó al Gobierno para que fuera la cara visible y creíble de España en la Unión Europea y defendiera los intereses económicos españoles. Todo, claro, antes de la pandemia, pero la aparición del virus y sus consecuencias económicas hicieron que el papel de Calviño fuera todavía más fundamental. La vicepresidenta, de hecho, ha sido decisiva en el proceso de negociación y adjudicación de los fondos comunitarios, cuyo primer adelanto de 9.000 millones, está a punto de llegar.

Nadia Calviño, ahora, está obligada a asumir el reto político y a ejercer sus poderes. En otras palabras, debe demostrar que es ella quien manda en la economía española y quien la mantiene al margen de aventuras estrafalarias y heterodoxas. La vicepresidenta, es inevitable -y ya ha ocurrido- chocará con Yolanda Díaz, ahora vicepresidenta segunda y política avezada, que no se arredra ante nada. Calviño es firme, tiene carácter y, como suele decir, “no le gusta no tener razón”. Tiene ganadas todas las batallas técnicas, pero también tendrá que imponerse en las políticas, que será el terreno que elegirá Yolanda Díaz, con la mejor de sus sonrisas, pero dispuesta a todo para obtener sus objetivos. En ese escenario Díaz sale con ventaja sobre Calviño. Sin embargo, la número dos del Gobierno tiene mucho a su favor, entre otras cosas, la llave de los fondos europeos. Sánchez, que es quién ahora lo da y lo quita todo, sabe que su Gobierno depende de esos dineros europeos todavía más que de sus socios de Unidas Podemos y de los indepes. Calviño, por azar o no, encara un reto político trascendental. Y tenaz, como es ella, puede salir airosa incluso frente a Yolanda Díaz. Sería lo mejor para España.