Pakistán

Pakistán no es Malala

Tras la redada en la editorial Oxford University Press y en las librerías, las autoridades se han hecho con las existencias del libro de 7º curso que osaba clasificar a Malala como un orgullo nacional

La foto de Malala como una heroína en un libro de texto ha puesto en guardia a las autoridades de Punjab, en Pakistán, su país de origen. El organismo gubernamental que regula los libros educativos ha confiscado todos los volúmenes de Ciencias Sociales donde Malala aparece junto a otras personalidades paquistaníes como el comandante Aziz Bhatti, un héroe de la guerra de 1965, o el gran poeta Allama Iqbal. Tras la redada en la editorial Oxford University Press y en las librerías, las autoridades se han hecho con las existencias del libro de 7º curso que osaba clasificar a Malala como un orgullo nacional.

No es la primera vez que acapara titulares en su país. En 2013 publicó «Yo soy Malala», y sacudió a la conservadora sociedad paquistaní. Entonces criticaron su fe, a pesar de declararse musulmana y siempre portar el velo. Esta semana, la joven de 24 años ha visto cómo Kashif Mirza, el presidente de la federación de escuelas privadas de Pakistán ha lanzado el documental «Yo no soy Malala». Según Mirza, les van a explicar «a 20 millones de estudiantes en 200.000 escuelas privadas de todo el país las controvertidas visiones sobre el islam, el matrimonio o la agenda Occidental» que intenta imponer Malala. ¿El fin último? «Queremos desmontarla entre los jóvenes, que no se dejen impresionar por su supuesta historia de lucha por los derechos de las mujeres».

Malala comenzó a destacar en 2009 con su blog (bajo pseudónimo). Siguieron entrevistas, ya con identidad. Con apenas 15 años, fue atacada por los talibanes al volver del colegio en Mingora en el valle de Swat. Indefensa, cargada con su mochila y libros, los islamistas le dispararon a bocajarro. Sobrevivió y se recuperó en Birmingham (Inglaterra). Lejos de acobardarse, la adolescente comenzó su lucha global por la educación de las niñas en países como el suyo, donde la sociedad tiene otros planes para las mujeres. Sus esfuerzos por promover la educación como base de la igualdad en cualquier rincón del mundo le valieron un premio Nobel de la Paz con tan sólo 17 años. Es la persona más joven en haberlo recibido y actualmente es Mensajera de la Paz de la ONU. No obstante, estos reconocimientos no le hacen merecedora de aparecer en los libros de textos paquistaníes.