Política

Fracaso multinivel

«Solo ha demostrado cierta eficacia en ejecutar lo contrario de lo que había prometido»

El hombre que antepone su persona, su partido y su Gobierno a la defensa del Estado pasará sus vacaciones entre el Palacio de La Mareta en Lanzarote y el parque nacional de Doñana en el sur de Andalucía, dos propiedades de Patrimonio del Estado. Esa es la visión de Estado que tiene Sánchez, que acaba de colgarse la medalla de oro de la vacunación, cuando su Gobierno es tan solo el «rider» que deja las inyecciones en la puerta de las CCAA, que son quienes, de hecho, las ponen en los brazos de los españoles. Se marcha con su balance autocomplaciente y su gestión decepcionante quien solo ha demostrado cierta eficacia en ejecutar lo contrario de lo que había prometido, empezando por pactar con Podemos, siguiendo con el indulto a los golpistas y concluyendo con el modelo de gestión territorial, que más que inspirarse en la cogobernanza se rige por el capricho asimétrico de quienes tienen la sartén de la mayoría parlamentaria de Sánchez cogida por el mango. Por eso ha dado orden de que se aceleren las 56 competencias a Cataluña y las 16 urgentes al País Vasco, sin ni siquiera pedir lealtad institucional a cambio. También ha inyectado 1.700 millones para ampliar y gestionar el aeropuerto de El Prat y la Generalitat recibirá 800 millones más para aumentar los Mossos d’Esquadra, a quienes ha entregado la vigilancia costera, además de dar pasos para la expulsión de Vía Layetana de la Policía Nacional. Con los MIR romperá la Sanidad Pública y privará a los catalanes de los mejores médicos, a la espera de la próxima cumbre bilateral, donde se hablará de becas, cercanías, Ingreso Mínimo Vital y también de una consulta. En 43 años de democracia constitucional no habíamos conocido ni tanta secesión ni tanta cesión, y menos aún trabajando sinérgica y coordinadamente. Es una rendición incondicional que incluye el compromiso de La Moncloa con Pere Aragonés de no litigar con el Govern y no llevar las agresiones separatistas ni al TS ni al TC. La abogacía del Estado, de hecho, trabaja, es un decir, en legalizar el aval del Instituto de Finanzas, ¿no será de fianzas?, ante el Tribunal de Cuentas, para que los españoles paguemos a escote las condenas por malversación de los golpistas del 1-0. Con el resto de autonomías, ya saben, se trata de utilizar el maná de los fondos europeos como chantaje, e incluso condicionar la condonación de anticipos y atrasos del IVA al apoyo a los PGE/22. Eso por no hablar de Madrid, territorio con el que el Gobierno está obsesionado, donde quieren vender como inversión estatal hasta la deuda, mientras siguen, erre que erre, con la matraca de subir los impuestos. Y por no hablar tampoco de la pandemia, donde el Gobierno, causante de un vacío legal clamoroso, escurre el bulto, mientras autonomías y tribunales gestionan un problema global con herramientas legislativas claramente insuficientes e insatisfactorias. Panorama desolador que espero reciba una contundente respuesta democrática, pero mientras tanto no olvidemos que «Dios desprecia la tranquilidad de quienes creó para el combate» –Juana de Arco–.