Precio de la luz

La estafa eléctrica (y social) del PSOE

Han pasado ya tres años, tiempo más que suficiente para que ese paraíso que los socialistas prometían en materia energética se hubiera materializado.

José Ignacio Palacios Zuasti

«La renta disponible de las familias ha caído estrepitosamente, porque hay más parados, hay menos remuneraciones salariales y hay menos prestaciones sociales; pero por otra parte también por el fracaso de la política energética de un Gobierno que solo se traduce en más y continuas subidas de la luz»... «Cada vez hay más personas –los denominados trabajadores pobres– que, aun teniendo empleo, no ingresan suficiente para atender sus necesidades del mes»... «Un 21% de la población española está bajo el umbral de la pobreza»... «Seis millones de españoles, el 15% de nuestros hogares padecen pobreza energética»... «La renta disponible de las familias ha caído estrepitosamente... por el fracaso de la política energética de un Gobierno que solo se traduce en más y continuas subidas de la luz»... «Ante esta situación el Gobierno no puede mirar para otro lado y no puede continuar con sus políticas que han demostrado que son ineficaces para resolver los problemas, y no sólo eso, sino que han servido para ahondar en ellos»... «Este Gobierno va en dirección contraria y de esa manera no hay ahorro energético, no hay rebaja del recibo de la luz y no se lucha contra la pobreza energética».

Estas frases, que podían haber sido dichas hoy, fueron pronunciadas hace casi ocho años, el 22 de octubre de 2013, por el portavoz socialista de Energía, en el pleno del Senado, en el momento en que defendió una interpelación al Gobierno de Mariano Rajoy sobre la pobreza energética, uno de sus temas estrellas y recurrentes con el que atacaron al Ejecutivo del Partido Popular durante esa X Legislatura de las Cortes –2011 a 2015– en la que se tuvieron que tomar las medidas necesarias para evitar el rescate, para hacer que este país creciera y creara empleo y para poder salir de la terrible crisis económica en la que estábamos inmersos.

Año y medio después, el 25 de marzo de 2015, cuando el Gobierno del Partido Popular ya había incluido por primera vez el concepto de pobreza energética en un texto normativo –Ley 8/2013, de 26 de junio– y había logrado que el precio de la luz bajara un 3,1% en 2013 y un 5% en 2014, mientras que durante la etapa anterior, la de Rodríguez Zapatero –2004 a 2011–, había subido ininterrumpidamente un 67,2%, con una media anual de incremento del 6,9%, ese mismo portavoz socialista y desde esa misma tribuna de la Cámara Alta declaró: «Cuando hablamos de pobreza energética hablamos de una realidad insoportable que puede ser calificada de emergencia nacional»… «Aquí, en España, el Partido Popular, en vez de legislar para luchar contra la pobreza energética, legisla para favorecer al oligopolio eléctrico en contra de los consumidores, y, de manera muy especial, de los consumidores vulnerables»... «En España hoy hay un Gobierno que no tiene alma, que está deshumanizado y que ha dejado en la cuneta a millones de españoles con sus políticas que aumentan la pobreza y la desigualdad». Y terminó su intervención anunciando el «cambio político que servirá para devolver la dignidad a millones de españoles que les arrebató las políticas antisociales e inhumanas del Partido Popular».

Ese ansiado «cambio» se consumó en junio de 2018, cuando prosperó la moción de censura que convirtió a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno. Desde entonces han pasado ya tres años, tiempo más que suficiente para que ese paraíso que los socialistas prometían en materia energética se hubiera materializado. Pero la realidad es otra, porque este Gobierno, el que tiene «alma», el que está «humanizado» y «no deja a nadie en la cuneta» lo que ha logrado en este tiempo es que dos de cada tres hogares no lleguen a fin de mes y que las personas que sufren pobreza energética hayan aumentado de 6 a 6,8 millones. Sí, este Gobierno, el que legisla en contra del «oligopolio eléctrico» y a favor de los «consumidores» ha conseguido que el promedio de las medias mensuales del precio de la electricidad se haya incrementado un 21,6% y hayan pasado de 51′9 €/MWh en 2018 a 63,1 €/MWh en la actualidad, y que el precio de la luz esté alcanzando, en este mes de agosto y en plena ola de calor, máximos históricos, batiendo los récords logrados en la etapa de Zapatero, por lo que los consumidores tenemos que pagar ahora el triple de lo que pagábamos tan sólo hace un año.

Y, ante esta subida que, según la ministra de Justicia, algunos podemos pensar que es «excesiva», nos puede dar la impresión de que el Gobierno, sus socios y los sindicatos no están preocupados ni por la pobreza energética ni por los «consumidores vulnerables», y que les da igual si estos pueden encender el aire acondicionado o a qué hora tienen que planchar. Pero eso es falso. Todos ellos están tomando buena nota de lo que sucede y se están dedicando a preparar las iniciativas parlamentarias y las movilizaciones callejeras que pondrán en marcha tan pronto como pasen a la oposición, con las que le «exigirán» al nuevo Gobierno que, «inmediatamente», resuelva el problema que ellos han creado o, al menos, han agravado.

¡Siempre igual! ¡Qué aburrido! ¡Son incorregibles! Lo malo es que todavía sigue habiendo gente que les sigue creyendo.

José Ignacio Palacios Zuasti, fue senador por Navarra y portavoz de Energía del Grupo Popular en el Senado