México

La venganza de Moctezuma

Debe ser duro decir a un compatriota que le has jodido durante 500 años

Los problemas del México actual, todos los muertos que cada día adoquinan las calles con sangre seca como cemento, todas las mujeres que desaparecen en uno de los mayores casos de feminicidios del mundo conocido, el lamento del pobre que no encuentra ni siquiera donde caer fiambre, que ya es ser desgraciado en un lugar aterido con la muerte, todo tiene su origen en aquel sitio que mantuvo empecinado Hernán Cortés sobre Tenochtitlán. No hay duda de que el revisionismo histórico pone a cada uno en su sitio. Ya era hora de que se supiera que el conquistador no lo hizo solo con unos pocos castellanos de Vizcaya sino que miles de indígenas le ayudaron a derrotar a un imperio que vomitaba cabezas indígenas y defecaba mártires. Estamos condenados, no a cambiar la historia, sino a soportar a unos gobernantes que mienten a sabiendas de que la verdad les contradice. No es peor en ese sentido López Obrador que Pedro Sánchez, Carmen Calvo u Oriol Junqueras. Viven en un mundo que ha de adaptarse a sus fantasías para que el presente obedezca a sus ansias nacionalistas. El nacionalismo de izquierdas exalta la república como el momento en el que la ideología nos perdonó el pecado original de ser franquistas de toda la vida. No veo lejano el día por más que otee calima en el horizonte en el que nuestro presidente se pondrá de rodillas ante toda la comunidad iberoamericana y pedirá perdón por lo (bien) que hizo España. Lo peor de todo es que los españoles compramos la leyenda negra, necesitamos flagelarnos por tener una chispa de ingenio y algunos gramos de valor. Si gozáramos de una izquierda ilustrada, en lugar de esta miserable cornisa de remordimientos, estaríamos tranquilos. Pero no. Entonces, oh dioses mexicas, de qué lado cae la verdad. ¿No es acaso cierto que ustedes, la élite multimillonaria que son gigantes ante el ditero español, han explotado a los indígenas hasta llegado el momento de contarles que los reyes son los padres? Debe ser duro mirar a los ojos a un compatriota y decirle: te he jodido durante quinientos años. Que lo diga mejor el Rey de España.