Opinión
El “beibol”
Severo Ochoa, asturiano de nación, convicción y vocación, que recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina como norteamericano que era desde el momento en que emigró a aquel país para investigar en la ciencia puesto que aquí, en España, no había camino que andar, se cachondeaba del dialecto de su región, el bable, llamándole el “beibol”. Fueron muchas las veces que visitó mi casa, en el campo de Guadalajara, y muchos los dry martinis que le preparé. Era su bebida favorita y tanto a él como a don Juan, el padre de don Juan Carlos, gustaban de mi arte en coctelería alabando mucho mi mano para dar el toque justo al rey de los cócteles. Lamento el derroche de arrogancia, pero vayamos a lo que queremos comentar, que las líneas se nos acaban en un tris y hoy tenemos mucha tela cortada. Ahora, dentro del proyecto sanchista, entra declarar el bable como idioma oficial de Asturias, que esto a la izquierda le viene muy bien con los nacionalistas de turno, de quienes puede necesitar un voto o un pacto. Ya saben, tacita a tacita sacamos presupuestos adelante en la región minera y nos mantenemos en Moncloa. Aunque sabemos bien que la felicidad nunca es completa y después de anunciar que el suministro de gas está garantizado y no pasaremos frío en invierno, va la tal Teresa Ribera y vuelve de Argel con las manos vacías porque aquel país cerrará el gasoducto del Magreb. Ya estoy partiendo leña para encender chimeneas, hogueras y lo que haga falta, porque como nos venga una nueva Filomena estamos apañados. Yo el frío lo llevo muy mal y no me importa imitar a las izas milanesas, que se calientan en las esquinas con bidones encendidos. Ya lo dije a semana pasada porque fue una imagen que se me quedó grabada en la memoria cuando un invierno pasé por la capital de la moda en Italia. Otra bola de basura que tiene que tragarse el soi-disant presidente es la sentencia del TC declarando inconstitucional la prórroga del estado de alarma. ¡Va bueno el pájaro! Más aún cuando esta semana ha sido muy comentado el hecho de que son ya más de 1200 asesores en Moncloa nombrados a dedo. ¿Pero hay sitio y mesas para todos en el complejo de presidencia del Gobierno?
Luego está lo de “Pollo Carvajal”, porque ha sido aceptada su propuesta de que el juez llame a testigos a falta de pruebas escritas. Veremos si de una vez revienta ese grano infecto de los pagos con dinero venezolano que habrían llegado en billetitos calientes por valija diplomática en cuya melee están pringados Monedero, la Bescansa y un variado etcétera de gentes podemíticas.
Por su parte Ione Belarra acusa de prevaricación al Tribunal Supremo por la condena al rastas, y se queda tan ancha. Comparar las mujeres de gobiernos de la transición con las actuales es como relacionar un huevo con una castaña. Nada que ver. Imposible relacionar la categoría de Carmen Díez de Rivera o la de Carmela García Moreno con la fauna absurda que hoy nos asola. Tampoco podemos dejar de mencionar al bolas tristes de Garzón, el mismo que nos quería quitar el chuletón ahora quiere prohibir la publicidad de chocolates, galletas, golosinas o helados para que los niños no los coman. No me imagino a un peque sin sorber un calipo, una galleta, una onza de chocolate o un chupa chups. Dejemos que los padres se los racionen, que la infancia solo se vive una vez.
CODA. Nada me pone más cachonda que un susurro al oído. Esta semana me han dejado caer que los artífices del cambio físico y el vientre plano de niña Isabel Ayuso son Yiyi Oyola y su hermanito Chris en su clínica Bruselas, además de la germánica fuerza de voluntad de nuestra presidenta. Rigurosa dieta y tabla de ejercicios han obrado el milagro. Así está de divina…
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