Portugal

También nos debe preocupar económicamente Portugal

Lo que le faltaba a la pésima situación presente de nuestra economía, era conocer los datos tan preocupantes, en lo económico, para Portugal

A pesar de situarse dos países diferentes en la misma Península Ibérica, España y Portugal han tenido fricciones, derivadas de planteamientos políticos y económicos dispares. Así ocurre en la península escandinava, donde vemos las diferencias entre Noruega y Suecia; y no digamos lo que sucede en el S.E. de Europa, en estos momentos.

Recordemos las situaciones bélicas entre Castilla y Portugal: la vinculación dentro de los reinos de España, bajo Felipe II y Felipe III, concluyó en la de Felipe IV, provocando aquella separación que hizo llorar a Carlos II, cuando se vio obligado a quitar las quinas portuguesas de sus escudos reales. Y, desde el siglo XIX, las dos naciones peninsulares mantuvieron fronteras que llegan hasta ahora. No quiere esto decir que no existan actualmente cuestiones fronterizas no resueltas, que dan lugar a debate, como la existencia de esos peñascos inhabitables que reciben el nombre de Islas Salvajes, en el Atlántico, que complican las aguas jurisdiccionales españolas, portuguesas, de las Islas Azores y de las Islas Canarias, y derivaciones de la todavía confusa situación de aguas españolas y marroquíes, relacionadas -a pesar de España y de las Naciones Unidas-, con el Sahara.

Las relaciones económicas, consecuencia del doble fenómeno, radical en España, de la vinculación del nacionalismo y del proteccionismo, y el recuerdo del planteamiento básico de David Ricardo en favor de las ventajas del librecambismo para Portugal, crearon realidades muy diferentes en el conjunto ibérico. No se planteó ninguna cuestión importante de enlace político entre ambas naciones hasta que llegó la tentación de Azaña. A este político de la II República se le ocurrió, tras recibir exiliados políticos portugueses en España -enemigos del Estado Novo de Oliveira Salazar-, crear algo así como una Unión Ibérica, con características confederadas, proyecto que, a este mal político, le ilusionó. Mas fracasó ruidosamente, tras recordar Oliveira Salazar, en Lisboa, la batalla de Aljubarrota. Y a partir de 1936, se esfumó cualquier idea heredera de esa equivocación azañista.

Todo cambió, sin embargo, en lo económico, pues se firmó en el mismo día de 1985, en Lisboa y Madrid, los acuerdos de integración de las dos naciones en la Unión Europea. Como eso supuso rápidamente la liquidación de las fronteras económicas entre ambas, se generó -ampliado con la Unión Monetaria- un mercado conjunto amplísimo, en el ámbito hispanoportugués. Y esto provocó entre ambos países un aumento de exportaciones, importaciones e inversión de capitales, que ha pasado a crecer de modo extraordinario por el creciente volumen de bienes, servicios y capitales, creando un impacto positivo para ambas economías, de modo creciente. No obstante, esto se ha alterado con el fenómeno del Covid19. En un artículo titulado Tras una fuerte recuperación, la economía portuguesa encara un tramo final del año difícil, publicado en el Informe mensual, nº 450, noviembre 2021, por CaixaBank Research, se nos muestra un conjunto de datos económicos que indican multitud de perjuicios generados recientemente en la economía portuguesa. Por ejemplo, en «el mercado laboral es probable que el desempleo vuelva a aumentar», y esta dinámica podría acentuarse si desaparecen las ayudas a las empresas y las trabas al despido impuestas en el contexto de la pandemia. También se indica que «en ese elemento clave que constituye el turismo para la economía portuguesa, las dificultades… continúan». En septiembre, las pernoctaciones en establecimientos de alojamiento en Portugal cayeron en cifra interanual un 53,4%, según datos preliminares. Este descenso es especialmente pronunciado en las pernoctaciones de los extranjeros, (-71,9% interanual, hasta los 1,5 millones), con caídas más acentuadas en el turismo procedente de Estados Unidos (-95,5%). Véase su significación negativa, dado el fuerte peso del turismo en Portugal: en 2019 «el consumo total de los turistas representó casi el 15% del PIB». Por eso, las dificultades del sector seguirán pesando notablemente sobre la capacidad de reactivación de su economía. Además, existen dificultades claras con las medidas presupuestarias para 2021, porque «se incluye un papel extraordinario para las rentas de los trabajadores y una reducción del IVA de la electricidad». La conclusión de este comentario nos muestra un escenario sujeto a un elevado grado de incertidumbre, respecto a la ejecución presupuestaria hasta finales de 2022, y por los riesgos asociados con la recuperación económica y «la eventual ejecución de garantías relacionadas con las líneas de crédito a las empresas». Añádase el anuncio de elecciones parlamentarias.

Lo que le faltaba a la pésima situación presente de nuestra economía, era conocer los datos tan preocupantes, en lo económico, para Portugal. Añádase la interrogación de quién gobernará pronto desde Lisboa. Hay que seguir, pues, muy atentos a todas las noticias que lleguen de más allá de nuestra frontera Occidental.

Juan Velarde Fuertes, es economista y catedrático