Política
Entre volcán y volcán, campaña
Aunque algunos todavía no se quieren enterar, Sánchez lleva desde el pasado verano metido en harinas preelectorales
Se ha convertido ya en un clásico de la información los fines de semana, casi como los resultados del fútbol, la maratón popular o el aperitivo. Contemplar al presidente del Gobierno consumiendo sus minutos de gloria en prensa, radio y sobre todo televisión en las faldas del volcán de la Palma forma parte del paisaje dominical, algo por otra parte tan de manual en esto de la política como es hacerse ver allá donde va a resultar más rentable la foto de la solidaridad desde el poder y además subido a lomos del pura sangre que supone el amplísimo despliegue televisivo diario en la isla, premiado por los éxitos de audiencia previo buen hacer de los informativos. Oportunidades como esta no conviene desaprovecharlas si de lo que se trata es de recuperar terreno en las encuestas.
Pues bien, por si alguien aún no se ha dado cuenta en el Partido Popular, ya sea el que campa en la Puerta del Sol o bien el de la dirección nacional de Genova-13 –PP en cualquier caso y queremos suponer que con aspiraciones a gobernar de nuevo España–, las dos formaciones que configuran el gobierno de coalición ya están metidas hasta el cuello en una precampaña electoral a la caza del voto fugado. En el caso de Sánchez, para recortar la ventaja del popular Casado reflejada, aunque con una ligeramente menor holgura en sondeos como el de NC Report publicado el lunes por este periódico y en el caso de Yolanda Díaz para ahormar ese conglomerado alternativo a la izquierda del PSOE que genera tanta inquietud en las filas socialistas, tal vez porque su techo real todavía es difícil de vislumbrar.
Aunque algunos todavía no se quieren enterar, quizás por pensar que las encuestas por sí solas bastan para llegar a la Moncloa, Sánchez lleva desde el pasado verano metido en harinas preelectorales. Es cierto que sus comparecencias con preguntas ante la prensa ni están ni se las espera, pero no hay acontecimiento mediáticamente aprovechable donde no acabe aterrizando, sea volcán hawaiano, vesubiano, peleano o incendio en Ávila y a eso se le llama recuperar el archipiélago perdido isla a isla, incluidos unos fines de semana que no parecen existir para otros líderes con aspiraciones de gobierno, de cuya tranquilidad nos congratulamos imaginándoles frente al televisor viendo a Sánchez llenando informativos con promesas de humo, pero promesas al fin y al cabo siempre más rentables que desilusionar a la feligresía propia con absurdas disputas de camerino. Dios hizo el mundo en seis días y el séptimo pareció dejarlo para algunos estrategas de la cainita derecha.
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