Navidad

¡Feliz Navidad!

Sánchez, que felicita el final del Ramadán a los españoles musulmanes, debería felicitar la Navidad a los españoles católicos

Es esta de hoy una fecha en la que todos los cristianos celebramos el nacimiento del Hijo de Dios del seno virginal de Su Madre María en la humildad y sencillez de un establo rodeado de animales. Esa manera de nacer es un contraste tremendo con los valores que el mundo, otrora conocido como la Cristiandad, cultiva y desea en la actualidad.

El nacimiento del Hijo de Dios como hombre supuso un cambio de rasante en la Historia de la humanidad, que data el tiempo tomando como referencia aquel nacimiento de hace 2021 años, fechando los acontecimientos como ocurridos antes o después de aquel suceso.

Como reza el eslogan de una brillante campaña «antinavideña», «solo un nacimiento ha cambiado el rumbo de la historia. Y no es el tuyo». Ahora, el mundo conocido como el Occidente cristiano por haberse desarrollado sobre los valores que Él nos trajo, camina por la vida con la desorientación propia de quienes han cortado las raíces que alimentan su cuerpo y su espíritu y conforman su identidad histórica, que es profundamente cristiana.

Lo que hoy conocemos como Europa nació sobre el trípode de Grecia, Roma y el cristianismo, que transformó a las dos y las hizo suyas. De esa fusión de culturas afloró la que fue conocida como Cristiandad durante todo un milenio –el transcurrido entre la caída de Roma como capital del Imperio romano de Occidente, a principios del siglo V, y la caída de Constantinopla o Bizancio, capital del imperio romano de Oriente a mitad del siglo XV–.

Como sucesora de aquella Europa, la UE fue precisamente diseñada por grandes humanistas cristianos, que tenían plena conciencia de esa raíz sin la cual el continente resulta irreconocible. Tanto que hasta la Comisaria de Igualdad de la UE tuvo la osadía de dictar unas recomendaciones de redacción para los funcionarios comunitarios en las que, entre otras sugerencias, pedía no felicitar la Navidad, sino las «fiestas» a fin de no molestar o incomodar a los no creyentes o no cristianos.

En España vivimos esta realidad descristianizadora de manera acelerada y agresiva, impulsada por políticas laicistas que de facto son anticristianas. Sánchez felicita el final del Ramadán a los españoles musulmanes y debería felicitar la Navidad a los españoles católicos, que representan todavía una absoluta mayoría de la población. La identidad histórica de España no se explica si no es desde la defensa y expansión de la religión fundada por quien hoy hace 2021 años nació en Belén para abrir las puertas del Cielo a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. A todos ellos, ¡feliz Navidad!