El Personaje
Ione Belarra: El “brazo armado” de Iglesias
Por indicación expresa del gran líder, la navarra vigila sin tregua a Yolanda Díaz
Sus escaños vacíos mientras Yolanda Díaz intervenía en la tribuna del hemiciclo lo dice todo. En medio del esperpéntico debate sobre la Reforma Laboral y cuando la ministra de Trabajo se desgañitaba en defenderla, las podemitas Ione Belarra e Irene Montero abandonaron el Congreso para llevar a cabo su auténtica contraprogramación: presentar la Ley de Familia que otorga una subvención a quienes cuiden de personas dependientes. Para nadie es un secreto la rivalidad que mantienen Montero y Belarra, en especial esta última con la vicepresidenta segunda del Gobierno: “Ha ido de sobrada y se ha estrellado”, dicen en el entorno de la ministra de Derechos Sociales y actual secretaria general de Unidas Podemos, Ione Belarra. Por indicación expresa del gran líder, Pablo Iglesias, la navarra vigila sin tregua a Yolanda. Iglesias nunca se fue del todo y no está dispuesto a que nadie le quite su juguete político. Varios ministros afirman que Belarra somete a un verdadero marcaje a la titular de Trabajo, ahora muy tocada tras los apoyos a la polémica Ley que ella hizo suya sin lograr el respaldo de los socios “Frankestein” de la investidura.
Tras el bochornoso espectáculo de la votación, un cruce de cuchillos se ha desatado en la coalición social-comunista. Yolanda Díaz acusa al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, del fiasco y votos negativos de los diputados navarros de UPN. En este juego de unos contra otros, la titular de Derechos Sociales y su íntima amiga, la de Igualdad, Irene Montero, se frotan las manos ante la debacle de Yolanda Díaz y la humillación a que la sometió el portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, al afirmar que “ERC no vota proyectos personales”. En el entorno de la ministra de Trabajo acusan a Montero y Belarra de “enredar mucho”, mientras las podemitas denuncian que Díaz se tragó la imposición de los empresarios y no defendió los postulados de la izquierda radical. Ione Belarra, que se enfrenta a una querella tras haber acusado de prevaricación al Tribunal Supremo por retirar el acta al diputado canario Alberto Rodríguez actúa implacable contra Yolanda. En el gobierno y el PSOE aseguran que es “el brazo armado” del verdadero jefe de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
Compañeros del Gabinete comentan que Iglesias es el instigador en la sombra de la tensión actual en la coalición social-comunista. Opinan que el ex vicepresidente mantiene un contacto diario con su sucesora al frente de UP. “Belarra sigue la estrategia que Iglesias le marca”, aseguran. El líder morado pensó que podría manejar a Yolanda Díaz desde fuera del Gobierno y no ha sido así. Por ello, la navarra es su gran embajadora dentro del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ha pasado de activista callejera, sin experiencia de gestión y un currículum profesional en blanco, a ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 en el gobierno de España. Secretaria General de Unidas Podemos por el dedazo de Pablo Iglesias, la llamada “Niña de la curva” llegó a lo más alto de la política merced a su amistad con Iglesias e Irene Montero, y reivindica el amor como motor de la actividad pública. Bien lo aplica ella, pues desde su fulgurante ascenso enchufó a su pareja, Ignacio Eduardo Ramos, como asesor en el grupo parlamentario en el Congreso de UP, en la Secretaría de Estado de su ministerio y en la Ejecutiva del Consejo Ciudadano Estatal del partido. Son las cosas del querer de la nueva izquierda instalada ya en la casta más profunda.
En el gobierno es un “verso suelto”, experta en contraprogramar algunas Leyes como la de Vivienda, adjudicándose el éxito de la misma. Fervorosa del “Twitter” se marcó uno incendiario tras la retirada del escaño al “rastas” Alberto Rodríguez, pleno de insultos contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y la Sala del Tribunal Supremo presidida por el magistrado Manuel Marchena, que generó un grave enfrentamiento entre los poderes del Estado. El PP y Vox llevaron al Congreso su reprobación como ministra, algo que le trae al fresco dado la necesidad de Pedro Sánchez de contar con los cinco ministros podemitas, intocables para mantenerse en la Moncloa hasta el final de Legislatura. Su elección por Pablo Iglesias como nueva lideresa morada fue muy polémica, con acusaciones de pucherazo en las votaciones y falsear las cuentas del partido. Pero todo quedó bien atado, aunque sus relaciones con la otra musa roja, Yolanda Diaz, nunca han sido buenas en esta etapa feminista y de bicefalia, ahora enfrentadas por la Reforma Laboral. “Cuando dos mujeres quieren mandar, lío seguro”, advierten en el partido.
Ione Belarra Urteaga nació en Pamplona, vino a Madrid para estudiar Psicología y participar en foros migratorios, contra los desahucios y movimientos de izquierdas próximos al 15-M. Fue entonces cuando conoció a los activistas del núcleo fundacional de Podemos y de inmediato sintonizó con el tándem Iglesias-Montero que la auparon al estrellato. Pasó de ser una completa desconocida a diputada por Navarra en cuatro Legislaturas. Era una mujer hosca, desabrida, distante con los periodistas hasta que llegaron las purgas en Podemos, empezó a mostrarse más cercana con los medios y fue nombrada responsable del área de Derechos Humanos, Ciudadanía y Diversidad. Bajo apariencia un tanto tímida esconde una personalidad de hierro, una mirada vitriólica al más puro estilo comunista que proclama el amor como motor de la política. La pareja de Galapagar fue sustituida por la de Belarra con Ignacio Eduardo Ramos Delgado, con de momento costumbres más sencillas. La dirigente podemita asegura vivir todavía con su novio y su único hijo, Nacho, en un piso bajo hipoteca. Ignacio Ramos es Licenciado en Comunicación Audiovisual, milita en Podemos desde los inicios y es íntimo amigo de otro dirigente, Juanma del Olmo, pareja de Isa Serra. No hay duda que los amores mandan en la formación morada a la hora de repartir puestos.
Desde su llegada al gobierno por el dedo de Iglesias, la ministra comunista se ha metido en varios bretes con su defensa del Frente Polisario en el conflicto con Marruecos, la Ley Trans, su petición de que no se detenga al fugitivo Carles Puigdemont si vuelve a España y ahora la Reforma Laboral. . En Moncloa admiten que “Intriga más por debajo que por arriba”. Es decir, maniobra por detrás. Fanática del patinaje de velocidad, lo practicaba en el club Txantrea de Pamplona. Frente a los exclusivos modelos de Yolanda Díaz, su estilo es austero y sin alharacas, hasta declarar que las mujeres de Podemos no vayan “primorosamente vestidas”. El desprecio por la moda de Belarra quedó patente en su primer día como ministra de Derechos Sociales, cuando llegó a La Moncloa con un traje oscuro de lo más soso y con la etiqueta colgando en la trasera de la chaqueta. Según ella, Podemos debe volver a ser “una fuerza plebeya”. La guerra entre Belarra y Yolanda está servida.
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