Elecciones Castilla y León
Un desastre que ha salido bien y el cantonalismo siglo XXI
Casado y Sánchez estudian la siguiente jugada y la prima de riesgo se desboca un 21% hasta 101 puntos. ¡Ojo!
Pedro Sánchez y Pablo Casado huyeron de los focos en la noche electoral del cantonalismo. Tenían coartada. Los protagonistas, en teoría, eran los candidatos autonómicos, el popular Mañueco, y el socialista Tudanca. Ambos, aunque uno más que otro, tuvieron que apechugar con sus respectivos fiascos. Ninguno alcanzó sus objetivos, aunque el del PP volverá a presidir –ya se verá con qué muletas– la comunidad de Castilla y León en donde, por cierto, hubo dos cantones independientes, apenas declarada la primera y fugaz República Española (1873-1874). Fue en Salamanca y Ávila. El provincialismo extremo, que tiene sus razones, no ha convencido a los salmantinos, pero ya tenía raíces en Ávila y ahora ha revalidado su escaño. Muy lejos de la eclosión novedosa de ¡Soria, ya! y de la más veterana Unión del Pueblo Leonés, cada formación con tres procuradores y con aspiraciones a diputados en el Congreso en las próximas elecciones generales.
Mañueco y el PP ganaron, con 31 escaños, pero lejos de sus aspiraciones, aunque pueden decir que mejoran. Tudanca y el PSOE tropiezan, pierden siete y las opciones de gobernar. El batacazo de Ciudadanos, que de trece baja a uno, vuelve a ser descomunal, porque además el escaño es más de su líder Igea que de su partido. Yolanda Díaz no quería aparecer mucho en la campaña. Barruntaba la caída. Solo Vox y Abascal, entre los partidos nacionales, sacaban pecho con sus trece procuradores aunque –hay que decirlo todo– con la clientela muy movilizada y con la mayor abstención de la historia. Mucha euforia, pero el PP más que le duplica en escaños y casi le dobla en votos. Y, en cualquier caso, Vox queda en tercer lugar, como en Madrid, muy lejos de los dos primeros y en una posición que tanto puede ser decisiva como irrelevante.
En la mañana después de una noche electoral lluviosa y fría, algunos en el PP hablaban de «un desastre que ha salido bien». Mañueco gobernará, el PSOE ha bajado y el PP puede no necesitar mayoría absoluta ni a Vox. No es imposible. Óscar Puente, alcalde socialista de Valladolid, propone que el PSOE se abstenga. En Ferraz lo rechazan, pero está sobre la mesa. Tampoco es disparatado que el PP logre el apoyo o la abstención de los nuevos cantonalistas. Entonces Vox se quedaría con solo con la euforia de la noche electoral. No es algo muy leído ahora, pero ya lo dice la Biblia: «No hay nada nuevo bajo el sol». Tampoco el cantonalismo. Casado y Sánchez estudian la siguiente jugada y la prima de riesgo se desboca un 21% hasta 101 puntos. ¡Ojo!
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