Política

Este es el nivel: tres ejemplos

Son tres ejemplos de políticos de dispares de tendencias que evidencian el cariz y nivel de nuestra vida política y creo que no vamos bien

«Aunque sabíamos de su completa inexperiencia en nuestro sector, a todos nos ha sorprendido su inactividad, su falta de implicación, interés y su desconocimiento más elemental del funcionamiento de una organización empresarial. Nulo resultado del que muchos veníais a comentar sorprendidos. No estamos habituados en nuestra profesión a discursos vacíos; a llenar los espacios solo con palabras sin soporte real; a unas exigencias de protagonismo tan acusadas; ni a unas formalidades del ensalzamiento personal que son inexistentes entre compañeros de profesión y coma mucho más coma entre compañeros de un mismo despacho»

Esta es la explicación que me ha llegado de por qué el despacho de abogados que lo fichó ha despedido al antiguo líder de Ciudadanos. Discursos vacíos, palabras irreales, autoensalzamiento. Llamados a servir y a cumplir, el resultado puede ser ese: quienes lo eligieron le sabían inexperto, pero presumían que iba a trabajar con empeño y resultó un inútil y lo que está más extendido: quien venía con la vitola de conocer aquello para lo que le ficharon resulta que manifestó el «desconocimiento más elemental». En este caso del trabajo en un bufete de abogados, pero podemos cambiarlo por el ministerio que toca en suerte o de la materia sobre la que se habla o legisla o interpela o mitinea. Todo un bluf, toda una metáfora de tanto político. Y de sus electores.

Comprendo el desengaño de ese despacho, seguro que eran muchas las expectativas que tenían en él, pero cabría echarles en cara que sabían a qué se arriesgaban: eligieron no a un profesional cualificado sino a un político al uso, de esos que hacen de la política su medio de vida. Y pueden estar contentos porque han tenido el poder efectivo y unánime para quitárselo de encima y en poco tiempo. Peor lo tienen no ya los que votan a políticos ajustados a la descripción de esa nota, sino los ciudadanos que tienen que soportarlos, que tienen que esperar a una convocatoria electoral y toparse con otros socios de ese gran bufete que es España, encantados con su fichaje.

Los últimos días han confirmado que ese mal está más extendido, no entiende de colores y con una capacidad de despido igual de lenta y torpe. Ahí tenemos el espectáculo del principal partido de la oposición, cómo han aflorado las maniobras de líderes mediocres y ambiciosos, también aquejados de esa desgracia que es tener políticos profesionales, que trastean con las esperanzas y ningunean, no ya los deseos legítimos de millones de ciudadanos, sino la urgencia de regeneración de la vida política que les reclaman. Ahí los hemos visto: a modo de señores feudales, maquinando sus guerras particulares a costa de la vida y prosperidad de sus súbditos. Ellos a lo suyo. En eso consistía su modernidad y regeneración.

Y para cerrar presentamos una brillante reflexión sobre la violencia machista y los abusos, su autora, la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Lean: «Parte del gran engaño es la famosa independencia del sistema memorístico de la oposición [para ser juez] y del sistema del preparador, que no solo no hace jueces independientes, hace jueces dependientes, pero dependientes de qué; de tu preparador que generalmente es alguien de la cúpula que no ha tenido ninguna formación en Derechos Humanos, muchísimo menos en feminismo, y que con un poco de suerte ya era juez en el franquismo….Yo sí me he encontrado una cúpula de la carrera judicial que te dice: “Ya sabes lo que te espera si no archivas esto o si sigues adelante con esto. Y también en casos de pederastia hemos visto a preparadores o a padres magistrados decirles a hijas juezas de pueblo: “Con el cura, no; con el obispo, no; con la Iglesia, no. Quizá de ahí venga parte de la impunidad en este país».

Este es el nivel intelectual y, sencillamente, humano porque esas palabras si algo transmiten es, más que inquina, odio. Si acceden al video o audio lo podrán confirmar, porque a veces lo que retrata a una persona no es tanto qué dice sino cómo lo dice y es que se podrá ser de izquierdas, pero no mentir y en todo caso, ser de izquierdas o feminista es compatible con ser buena persona, buena gente: esa militancia no aboca a la antítesis. Tales declaraciones han motivado la airada repulsa de todas las asociaciones profesionales de jueces, de todas menos de Jueces para la Democracia, empeñados que están en ejercer de brazo togado de la izquierda radical.

¿Generalizo?, pues sí, lo admito, pero son tres ejemplos de políticos de dispares de tendencias que evidencian el cariz y nivel de nuestra vida política y creo que no vamos bien. Pero la esperanza es lo último que se pierde.