Ucrania

Primero la verdad

En la lucha contra la vesania de Putin es necesario el compromiso de todos para frenar una agresión injustificable que vulnera el derecho internacional. Ucrania necesita ayuda y hay que dársela, tanto con armas como con las sanciones que suscribimos junto a Europa. Lo que no necesita Ucrania es propaganda-fake ni montajes mediáticos. Para eso ya están los regímenes comunistas o nazi-fascistas. No podemos ni debemos ponernos a la altura de Putin en materia de desinformación. Eso es propio de estados policiales tipo Venezuela, Cuba, Corea del Norte o la Rusia de hoy. España y Europa son democracias y su compromiso con la verdad debe ser prioritario. Por eso mismo debemos decirle a Zelenski que así tiene que proceder también en la lucha contra la tiranía.

Sobran, pues, noticias como la que el otro día atribuía a Moscú el bombardeo de una central nuclear, que tuvo que desmentir hasta el Pentágono. Sobran los vídeos antiguos, las imágenes falsas de juegos de ordenador, las fotos de otros escenarios. Lo escandaloso no es que las encontremos en las redes sociales, sino que medios serios las publiquen como si fueran ciertas, sin contrastar. En la Agencia Efe existe la norma de que las informaciones han de ser confirmadas con tres fuentes. Por desgracia hay medios occidentales que no hacen esfuerzo alguno de verificación. El resultado es que nos ponemos a la altura de Putin, cuando a Putin no hay que atacarle con mentiras: él sólo se desprestigia. Que lo haga el autócrata no significa que nosotros lo debamos replicar. Salvo que queramos arruinar nuestra presunta superioridad moral.

Hemos censurado a RT y Sputnik. No tiene sentido. Son medios que se desacreditan por sí mismos. Decía Luis María Anson que o se está con la libertad de expresión o se está en contra. Pero si se está a favor, se está con todas las consecuencias. Lo suscribo.