Política
No sabe leer ni escribir, pero no se lo pierdan
Marruecos nos tiene pillados por el toro de Osborne sin que ningún Ejecutivo haya movido ficha desde lo de Perejil
Tengo una carta para usted, debieron decirle a Su Majestad, el orondo rey de Marruecos, y no es lo que dice de lo que se va a hablar, que también, sino de cómo se dice. Mohamed debió quedarse lívido, como los saharauis cuando se enteraron del contenido. Si la carta se redactó tal y como el Gobierno de Marruecos filtró a la Prensa, urge hacer un examen en Moncloa. O sea, que van a evaluar a los profesores mientras los asesores se quedan tan repantingados como puntos suspensivos, echando tripa, como el cierre de un paréntesis, por decirlo a la manera de lo que uno imagina que lo haría Gloria Fuertes. Pues no. Y si, como argumentan en palacio, se trata de un texto pasado por el traductor, que cambien de opinión respecto al Sáhara porque no tenía el rey mejor manera de clavar a Antonio Sánchez (en Europa piensan que en España todos los guapos se llaman como Antonio Banderas) su postrera venganza. Y el orgullo, además del orgullo gay, debe quedar por encima.
Marruecos nos tiene pillados por el toro de Osborne sin que ningún Ejecutivo haya movido ficha desde lo de Perejil, que sí, que era una lágrima cayó en la arena, pero ahí estuvo ligero Aznar y su tableta. Cogen una piedra y llegan hasta Don Pelayo. Quita, quita. Que en Cádiz Kichi va a permitir el nudismo en todas las playas. La ciudad suele vivir despelotada de sí misma. Kichi, piénsalo, que tendrás que dar ejemplo a los ciudadanos y las ciudadanas, y quedarse sin ropa en la Caleta rebosa las letras de un carnaval. Ya no eres Tarzán de los monos sino un mono de Tarzán. Para que luego digan que no tengo gracia gaditana. Todo es ponerse. En dos tardes, como la Economía para Zapatero.
Las faltas de ortografía y la sintaxis raruna de la célebre misiva, de ser así, respondería a las reglas educativas de nueva ola que consisten en que no pasa nada si no se sabe escribir bien porque se estudia para trabajar y si en el trabajo no se exige una escritura impecable, pues no pasa nada. Que igual el niño o la niña son unos monstruos en otras tareas. «No canta ni baila pero no se la pierdan», dicen que dijo el New York Times sobre Lola Flores (Nota mental: me repito). Pues lo mismo con la carta, la habrá redactado un señor o señora con algún que otro máster del universo que seguramente conocerá el nombre del último pueblo saharaui, pero le falta lo más importante, conocer la lengua y las humanidades. Saber que, por ejemplo, hubo un día que entraron por Gibraltar y que todo puede volver a pasar.
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