Pedro Sánchez
Sánchez y la lista de Yolanda Díaz
«En el manipulado imaginario del presidente han desaparecido Podemos, los independentistas y los herederos de ETA»
La entrevista que le hizo Susanna Griso a Pedro Sánchez en Espejo Público de Antena 3 este lunes resultó muy interesante. Con la firmeza y amabilidad que caracteriza a Griso, fue incisiva al plantearle cuestiones que resultaban incómodas al inquilino de La Moncloa. Hay que reconocer que Sánchez estuvo bien pensando en sus votantes. Lo cómodo es decir lo contrario, porque mis discrepancias ideológicas son evidentes, pero me parece que hay que analizar objetivamente el fondo y la forma. En primer lugar se mostró cordial y próximo, usó un tono didáctico y desplegó esa capacidad empática que le funciona muy bien. Por supuesto, quería colocar una serie de mensajes, algo que hacen todos los políticos, y lo intentó con más o menos éxito. Como es normal, los votantes del centro derecha no los comprarán. No le importa. Es un grave error menospreciarlo, porque es muy listo, tiene oficio y se sienta en La Moncloa que es la mayor máquina de propaganda de nuestro país. Es algo que han comprobado todos sus inquilinos, hasta que las cosas se les tuercen.
La presentadora estuvo hábil con sus preguntas e incidió en las contradicciones, pero es un superviviente y un político correoso. Es interesante que confirmara que agotará la legislatura. Nunca dude que sería así. Un adelanto no le comporta ninguna ventaja y sí muchos riesgos. Estoy convencido de que no miente. Por supuesto, sabe que Feijóo puede ganarle y se empleó a fondo. Y en ese momento entramos en el uso perverso del lenguaje. Los españoles tendrán que elegir entre un gobierno de centro izquierda del PSOE con lo que representa la lista liderada por Yolanda Díaz y uno de la derecha con la ultraderecha. Por supuesto, aclaró que Vox es antiautonomista, antieuropeísta, antifeminista y negacionista del cambio climático. No sé si me olvido algún «anti». En el manipulado imaginario del presidente han desaparecido Podemos, los independentistas y los herederos de ETA. Estos aliados tan poco recomendables han sido sustituidos por un concepto ideológicamente difuso llamado Yolanda. Es la vieja lucha entre el bien y el mal, Dios y el diablo o el progreso frente a la involución. Es un argumento inconsistente y absurdo, pero no hay que olvidar que solo busca movilizar a la izquierda. La verdad o el rigor no importan.
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