CGPJ

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El PSOE prefiere la parálisis institucional del país antes que ceder poder y regenerar las instituciones

Sin ninguna duda, que el Consejo General del Poder Judicial no se haya renovado a estas alturas (con todas las implicaciones que todo ello tiene sobre el normal funcionamiento de la Justicia en nuestro país) es una anormalidad del Estado de Derecho (no de la democracia, sino del Estado de Derecho). La calidad institucional de España se deteriora ante fenómenos como éste y los ciudadanos nos sumimos en una creciente desprotección frente a tales instituciones. Sin embargo, tras tantos años de bloqueo de la renovación del CGPJ, acaso hayamos perdido la perspectiva de por qué se halla bloqueado o, al menos, de cuáles serían unos motivos legítimos para mantenerlo bloqueado: el CGPJ no se renueva porque el PP le reclama al PSOE que su renovación vaya de la mano de garantías para su independencia y el PSOE se niega a ofrecer tales garantías. En particular, el PP solía reclamar (aunque a estas alturas ya es un misterio cuál sigue siendo su postura) que parte del CGPJ sea escogido por los jueces: dado que se trata de su órgano de gobierno y dado que el Ejecutivo no ha de entrometerse en las labores de la Justicia, lo razonable en un Estado de Derecho sería dotarlos con autonomía. Pero obviamente el PSOE se niega a ello: quiere seguir colocando a «los suyos» en el CGPJ para, desde allí, controlar indirectamente los principales órganos judiciales del país. Prefiere la parálisis institucional del país antes que ceder poder y regenerar las instituciones. En el fondo, no sorprende. La cuestión es qué hará al respecto el PP de Núñez Feijóo: dada la magnitud del bloqueo institucional al que estamos asistiendo, no me sorprendería que terminaran pactando una renovación de este organismo con Pedro Sánchez. Y, por mi parte, ni siquiera hallarían reproche si ese pacto fuera acompañado inmediatamente por un compromiso solemne y honesto de que, una vez regresen a La Moncloa y cuenten con mayoría parlamentaria suficiente (algo que podría ocurrir en poco más de un año), una de las primeras medidas que adoptarán para enmendar este infame pacto de reparto de los jueces sea la de modificar las reglas de elección de los miembros del CGPJ. Si el pacto que a buen seguro se viene entre PSOE y PP fuera sinceramente utilizado por el PP como un parche de emergencia ante la gran reforma que ellos vayan a acometer del CGPJ, sería una solución razonable frente a la obstinación socialista. El problema es que mucho me temo que el PP pactará con el PSOE, prometerá regeneración y luego, como siempre, sus palabras se las llevará el viento.