Política

Lo que es una mujer

Yo creo que las mujeres existen y los hombres también, más que por una cuestión cultural, por un asunto cromosómico. Unos poseen el cromosoma Y y los otros, no. Les parecerá poco

Apunté en el cuaderno de esta semana que ganó la lechuga del «Daily Star» y dimitió Lizz Truss con un aire encantador y otoñal. El mundo se parece cada vez más al caos pero cuando salta por los aires, hay que reconocer la belleza de los pedazos al caer. La noticia le ha cogido a Boris Johnson de vacaciones en el Caribe, ojalá en el bar de una isla que yo me sé en el Canal de Drake con una piña colada en la mano y bailando el Calypso. Debemos reconocer la dimensión de un maestro cuando lo tenemos delante.

En el caos de aquí, la coalición sigue a la gresca por la ley trans. Sánchez engañó a Podemos, después engañó a su partido y no se puede engañar a sí mismo porque las promesas se las hace siempre a otros y porque en la cola de engañados por Sánchez te dan cita para agosto. Ni lo de Putin, ni lo del presupuesto de Defensa, ni la reforma laboral: el Gobierno se puede romper por la parte de la bragueta que es donde suceden la mayor parte de las cosas relativas a la vida. Cómo se van a poner de acuerdo en lo que debe ser España si no aciertan a convenir lo que es una mujer.

Carmen Calvo y las feministas hegemónicas del PSOE han puesto pie en pared con la autoasignación de género, pues cuestiona el feminismo. El pensamiento es tan sencillo que resulta apabullante. Si a las mujeres las han tratado peor es porque eran mujeres, de ahí que la mujer sea y se pueda dar fe de ello. Consideran que una mujer es y un hombre también lo es, al margen de lo que sienta cada uno, que bendito sea, y que la autodeterminación pone en peligro la asimetría del trato del hombre y la mujer en la violencia de género y hasta la discriminación positiva en general. La bronca por el borrado de la mujer que denuncian las feministas a las que consideran tránsfobas toma en la hipérbole un sentido de caricatura. Claro que un hombre no se va a declarar mujer para ganar una medalla en futbito, pero se quejan de los casos en los que una mujer trans sin operar se declara lesbiana y pasa lo siguiente: si las lesbianas la rechazan sexualmente, las acusan de estar incurriendo en transfobia y creen que deben amar el alma de la mujer y obviar su cuerpo de exvarón, acostumbrarse, vaya, a ese bulto que les separa. Resulta que es lo mismo que les recomendaban los homófobos: terapia de conversión.

Yo creo que las mujeres existen y los hombres también, más que por una cuestión cultural, por un asunto cromosómico. Unos poseen el cromosoma Y y los otros, no. Les parecerá poco. Luego, a cada uno le gustará lo que le guste, o no le gustará nada y nadie tiene derecho a hacerles de menos. Y, a veces, la naturaleza se equivoca, pero parece que ser hombre o mujer es algo más que una ocurrencia, una cosa pasajera, no sé, un estado de ánimo que se decide sin aval facultativo. Como escribió Carrere de Limonov: yo sé que la mujer existe porque la he conocido. Ya da cosa decirlo. Cualquier objeción que pone uno ya lo sitúa en la homofobia y en la discriminación. Habrá un término medio entre proteger a los trans de la discriminación y que puedas elegir el sexo en los formularios de las tapas de los cereales. Luego está lo de los menores. Ojo, que un niño de 14 puede elegir él solito si quiere ser hombre una mujer y un adulto no puede comprar sin receta un ibuprofeno de 600 (entre nosotros, puede tomarse uno y medio de 400).