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Blancos

El blanqueamiento es una especialidad ejecutiva, legislativa e inminentemente judicial que ahora nos sirven blanca y en botella

A los políticos les ha dado por vestirse de blanco. Vean la última jura, o perjura, de ministres. Si son mujeres, dicen que por homenaje a las sufragistas; además, el color da bien, atrae audiencia: votos. Menos Sánchez, siempre de color azul vendedor de Cortefiel años 80. Todas vestidas como pintores de brocha gorda. Los de brocha fina, curiosamente, se atavían de negro integral, como los muyaidines y sus señoras multíparas (jóvenas, o no). No sugiero que todo prójimo deba vestirse con un estilo mezcla de ninja de frenopático y viuda siciliana, como es mi caso, pero entre el feminismo Fashion Week Next Generation de las vicepresidentas y la camisa blanca de la oposición en manifestación dominguera, creo que el tema está asaz descontrolado. Los expertos en esto, que se encuentran entre el esoterismo político y la decoración de interiores, aseguran que el blanco es el color de la honradez, que simboliza la pureza en la vida, pública o privada. Quizás por eso, cuando trincan a una señoría política robando, inmediatamente convoca una rueda prensa donde aparece vestida como el pintor que me está colocando unas escayolas en casa para tapar los agujeros de una pared provocados por los materiales defectuosos y baratos que usó el constructor. La decencia, desde luego, es el material principal sobre el que debería erigirse el edificio de una vida pública. Aunque, si el componente básico es cemento con aluminosis (indecencia), por mucho que pintemos encima, no lograremos detener un estrepitoso derrumbe. El uso del blanco no solo es simbólico, sino literal, pues vivimos tiempos más textuales que la fe de un notario. Pero de un notario pútrido en lo más hondo de su fe, de uno que no tuviera fe ninguna e hiciera trampas jugando a los dados con la ley… En esta época, bastante inmunda, nos pintan de blanco hasta el incierto porvenir. El blanqueamiento es una especialidad ejecutiva, legislativa e inminentemente judicial que ahora nos sirven blanca y en botella. Justo cuando más corrupción pulula, y más negro lo tenemos los mirlos blancos de siempre.