Bruselas

A mesa y mantel del Brexit

La Razón
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Sonada la campanilla y servida la tarta, los comensales intentan tomar posición, cubierto y babero. Al reparto del pastel del Brexit se arrima el que puede y además de los eminentísimos burócratas de Bruselas y Londres, que ocupan los asientos preferentes ante el mantel, comienzan a unirse invitados de tragaderas diversas. Suele suceder en cada mesa y sucedió el jueves. A Ryanair, naturalmente, se los esperaba, aunque no tan pronto. Pero ahí estuvo el director de la oficina financiera de la aerolínea irlandesa, Neil Sorahan, viniendo a advertir con tenedor y cuchillo de los de trinchar: o se llega a un acuerdo al respecto de las líneas aéreas o en dos años caerá un telón de acero sobre el Canal de la Mancha, al menos en lo que se refiere a los aeroplanos de su empresa -que no son pocos los que vuelan ni lo hacen a poca altitud de negocio-. Las aerolíneas, todo el sector, tienen mucho que hablar antes de la sobremesa. Es poco probable que se resuelva algo diferente a un espacio aéreo abierto, pues les conviene igual a los estados aún miembros de la UE, a la isla y a la gran empresa turística, industria cada vez más superlativa en el continente. Como ejemplo de lo anterior despunta Andalucía, donde los visitantes han alcanzado una cota histórica de gasto en los dos primeros meses del año con más de mil millones de euros. Cada comensal, pues, trata de exponer a qué cuña o a qué migaja del pastel aspira. Y, como en cada banquete, siempre hay un faltón que se señala, que hace ruido al masticar y hasta despide flatulencias. Es el caso de Michael Howard, el diputado conservador que esta semana amenazó veladamente con reeditar unas Malvinas en el Estrecho. Fue un eructo en toda regla. Lo peor es que el ex líder tory ni siquiera había sido invitado al almuerzo.