Carlos Rodríguez Braun
Ada Colau
La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, es otra de las figuras progresistas en alza en los últimos tiempos. Es otro caso de «apparathick», parecido al de Beatriz Talegón, pero más radical y también más exitoso: su increíble demagogia consiguió que los pusilánimes políticos del PP dieran marcha atrás y secundaran sobre los desahucios a la misma izquierda que hace poco promovía los desahucios exprés. Si la biografía de la señora Colau remite a la de los agitadores profesionales (no terminó sus estudios, fue «okupa»), su retórica también responde a los cánones: llamó «criminales» a los banqueros, clamó por «derechos» y «democracia real», ignorando la libertad de elección de los ciudadanos y su derecho a conservar el fruto de su trabajo; y siempre exige más intervencionismo: «Una política pública que resuelva el problema de la vivienda». Su lenguaje va más allá de las melosas vacuidades izquierdistas. La señora Colau quiere «recuperar los pisos vacíos». No sé qué piensa usted de ese verbo, pero no suena a respeto por la propiedad ajena. Aquí va otra muestra del delicado y preciso lenguaje de esta nueva heroína del progreso: «Desde aquí hacemos un llamamiento a todos los partidos políticos a votar a favor de la iniciativa legislativa popular y tramitarla de manera urgente. Si no lo hacen, les señalaremos como responsables del genocidio financiero que estamos sufriendo y tendrán que atenerse a las consecuencias».
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