Crisis en el PSOE

Akelarre socialista

La Razón
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Cada uno es lo que es, lo que cree ser, lo que los demás estiman de él, y hasta lo que pudo llegar a ser y no fue. ¿Qué partes de esta ecuación son las que no entiende Pedro Sánchez? Lo ocurrido el sábado negro en Ferraz no ha sido la implosión de una conspiración apresurada; data de cuando, electo por las bases como secretario general, Sánchez se autoproclamó napoleónicamente candidato a la Presidencia del Gobierno, aspiración no facultada. Sánchez era un desconocido, un «parvenu», un audaz asaltacielos, una promesa en blanco, y se descubrió a sí mismo como un partidario de la democracia asamblearia en detrimento de la representativa, dañando los poderes del Comité Federal y el Grupo Parlamentario. Él no lo percibe, pero su operativo es autocrático y distribuye fórmulas falaces como partir el PSOE entre los partidarios de su idílico Gobierno alternativo de cambio, regeneración y progreso (nunca explicitado ni cómo ni con quién) y los palafreneros de Mariano Rajoy y el PP. No se puede ser más falso, burdo y esquemático. Quienes le han tratado y sufrido le tienen por peleón y crecido en la reyerta y cabe suponer que no es una pieza cobrada. Con un voluntarismo ciego de pedernal este incombustible puede, vistiendo ropajes de víctima, presentarse a unas primarias y ser reelecto por una militancia, su feudo, que no representa el peso y el poder real del PSOE. Eso supondría el fracaso multiorgánico del partido con el problema añadido de que Susana Díaz aspira a ser aclamada sin candidatos alternativos. La reflexión inevitable sobre la tenida de Ferraz es que si estos respetables compañeros han armado tal tumulto discutiendo sus propios estatutos, ¿cómo van a ser capaces de negociar confluencias con otros o de gobernar un país necesitado de mucho sentido común y seriedad? La sala-madre de Ferraz pareció el vestíbulo de una Facultad hirviente. Pero nada de ideas o propuestas, ningún estímulo intelectual, solo hipos y lloriqueos, insultos tabernarios y conciliábulos de porteras en esa cárcel que tienen por cafetería para solaz. Al quebranto de la socialdemocracia europea y la desaparición de la americana, el PSOE, junto a sus correligionarios portugueses y las esquirlas del PASOK, deviene en problema ideológico continental. La salida de Sánchez estaba en las coplas de ciego, pero la carcoma es anterior a su bienio y el nido se cobija en el zapaterismo. Y entiéndase que el futuro del PSOE es el de todos.