Alvarito siempre gana

Matías es profesor de instituto. Por vocación. Siempre quiso dar clases, enseñar Historia a los niños, descubrirles a los Reyes Católicos y convencerles de que sin conocer el pasado es difícil mirar como corresponde al futuro. Sin embargo, hace tiempo que piensa en renunciar. Él quería emular a aquel profe suyo de EGB que le hizo amar las revoluciones, discutiendo con sus alumnos lo que cuentan los libros pasada la hora. Pero tras cinco años de ejercer, siente un cansancio tan profundo que le está robando las ganas. La reunión con los padres de Alvarito lo decidirá todo. Es uno de sus chicos. El que anda acosando con su pandilla a otro de su clase, que lo está pasando muy mal. Matías se ha enfrentado varias veces al acosador y a sus secuaces, pero a punto han estado de pegarle, así que... Como el director tampoco ha conseguido nada, ha optado por llamar a los padres del cabecilla. Aunque sus compañeros ya le han advertido de que lo normal es que no le hagan caso y, además, le amenacen. De casta le viene al galgo, con perdón de los galgos a los que no quiere insultar, pobres animales. No es la primera vez que se encuentra en esta tesitura. Ya vivió una situación bien difícil en su año de estreno con una chica boliviana que sufrió diversos episodios de racismo. Pero es que el tiempo pasa y la cosa no se arregla. Va a peor. Por eso, empieza a pensar que no le compensa, y es posible que hoy mismo tire la toalla. Todo depende de los padres de Alvarito. Y del propio Alvarito, claro. Y Alvarito, lo saben todos, siempre gana...