Real Madrid
Bloqueo
Aterrizó el Real Madrid en Alemania con décimas de fiebre amarilla. Sendos empates contra Villarreal y Las Palmas, premonitorios como una mala sombra; las charangas de Cádiz, aún en el recuerdo, como la hazaña del Alcorcón; indicios de gafe sobre un color que al verlo Luis Aragonés cruzaba los dedos. Pero el fútbol tiene estas cosas, veleidades: los enfermos sanan en horas, los muertos resucitan y los cenizos se van a tomar vientos. No por casualidad.
Casi nada es casual en el fútbol, misterio de los misterios que de una jugada obtiene por lo menos mil explicaciones. Ése es el arcano; lo demás, ciencia balompédica que aclara que el muy superior siempre gana; el mejor casi siempre, y el inferior, casi nunca. El Borussia de Dortmund es un buen equipo que en su campo parece mejor, que con el corazón de los jugadores y de los espectadores interconectados a veces obra milagros. Contra el Madrid, a menudo. También en esta ocasión.
Avisó el equipo de Zidane con un tanto coral rematado por Cristiano Ronaldo, ni más ni menos, pero siempre ahí, en medio del dominio amarillo. Dominio y control del Borussia que culminó en empate por un error del reaparecido Keylor Navas, más propenso a despejar que a bloquear, lo cual le costó el gol en propia meta de Varane, que no remató, le dio el balón y entró. El central francés, sin culpa alguna, aplicó el quitamanchas e hizo el 1-2. Para entonces el costarricense se parecía al portero que fue con intervenciones espléndidas; aunque hacia el final nada pudo hacer Keylor por evitar el empate de Schürrle, fruto de la constancia, del empuje, de la fe de un equipo mancomunado con una grada que no deja ni un segundo de animar a los suyos. Bloqueado por la fiebre amarilla, el Real Madrid, gafado o no, sigue sin ganar en Dortmund.
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