Ely del Valle

Cheerleaders

La Razón
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Confunden la rebeldía con la mala educación y la pataleta con rebeldía sin querer enterarse de que no han llegado al Congreso para montar numeritos a su mayor gloria sino en representación de millones de ciudadanos que los votaron para algo más que para andar imprimiendo camisetas baratas.

Dijeron que no saldrían a saludar al Rey porque preferían estar trabajando en sus escaños, pero cuando se han ido a sentar en ellos resulta que los que sí habían estado fuera se los habían ocupado. ¡Y no vean cómo se han puesto!... Sólo les ha faltado sacar una pancarta de «Fuera okupas» al lado de la bandera republicana.

Podemos se equivoca. Tienen la oportunidad de demostrar que realmente han llegado para cambiar las cosas y, sin embargo, se empeñan en dar la razón a quienes piensan que no pasan de ser un grupo de gamberretes que sólo aspiran a convertirse en los Justin Bieber de la política. Las últimas elecciones ya demostraron que su actitud de malotes de barrio no les da ni un solo voto, pero ellos insisten porque, en el fondo, lo que les falta es madurar y darse cuenta de que, una vez que han conseguido si no asaltar, sí por lo menos colarse en el «cielo» del Congreso, lo que se espera de ellos no es precisamente que hagan de «cheerleaders» en cuanto se les presenta la ocasión. Esperemos que una vez que ya han conseguido ser la nota al margen de todas las crónicas sobre la ceremonia de ayer, se dejen de gaitas, le compren un jersey decente a Cañamero y empiecen a funcionar como adultos. Ya sabemos todos que son republicanos, y nos parece muy bien, pero se les paga para que sean, por encima de eso, diputados y hagan desde sus escaños otra clase de política que no sea la de retar permanentemente al personal a ver quién mea más lejos.