Lucas Haurie
Chipiona como escala
Con 18.860 habitantes censados, Chipiona apenas se asomaba entre los 100 municipios más poblados de Andalucía en 2011. Dolores Reyes Ramos, alcaldesa socialista en su día condenada a seis meses de prisión y siete años de inhabilitación por conceder de forma abusiva una licencia urbanística, ha recibido ahora otra sentencia por firmar 345 (¡!) contratos de personal laboral eventual para el consistorio de forma irregular entre 2000 y 2004. Uno de cada 54 chipioneros se benefició de la prodigalidad de esta señora, que también fue diputada autonómica. No hay más que hacer una sencilla regla de tres para calcular que, a ese ritmo, sus conmilitones del PSOE pueden tener aproximadamente a 156.000 afectos enchufados en la Junta. A mí la cifra, la verdad, se me hace hasta corta aplicando el simple proceso empírico de visitar alguno de los varios centenares de edificios públicos diseminados por toda la geografía andaluza. ¿Cuánta gente habrá paciendo ahí, Dios mío de mi alma? En las elecciones autonómicas de marzo, José Antonio (¡¡presente!!) Griñán allegó 1.523.465 votos. Saldrían a casi diez papeletas por trincón, que son demasiadas hasta para el engrasado mecanismo del sufragio pancista que gobierna el régimen. Consideremos que un sueldo puede arrastrar a cinco parientes o amigos íntimos hasta la urna y obtendremos un número más verosímil de estómagos agradecidos: alrededor de trescientos mil. Total, que Dolores se quedó corta en el reparto de prebendas. Tal vez por eso la liquidó la ejecutiva provincial de su partido y ahora nadie la protege.
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