Enrique Lacalle
Choque de trenes
El Barça no ha tenido mucha suerte en los sorteos: en octavos tuvo al Milan, luego en cuartos al Paris Saint Germain y, ahora, en semifinales, la guinda del pastel, el Bayern de Múnich, campeón de la Bundesliga desde la semana pasada. Es el próximo equipo de Pep Guardiola y, posiblemente, el once más en forma de Europa en estos momentos. Por contra, el Real Madrid ha sido más afortunado, con el Galatasaray y, ahora, el Borussia Dortmund, la semifinal que todo el mundo deseaba sobre el papel. De todas maneras, está muy bien que la mitad de los supervivientes en esta recta final de la Liga de Campeones sean españoles. Es un éxito de nuestro fútbol y podían haber sido tres, porque el Málaga no perdió el partido, se lo robaron. Nunca en mi vida había visto un fuera de juego más clamoroso como el gol que concedió el árbitro al Borussia y que le dio la victoria. En fin, ojalá tengamos el morbo de un Barça-Madrid en Wembley.
La semifinal del Barça le enfrenta a un equipo que tiene, como él, altísimos índices de posesión del balón en Europa, un 57 por ciento. El Barça un 68 por ciento. A Rummenigge, presidente del Bayern, tampoco le habrá gustado el emparejamiento, hay un enorme respeto mutuo. El Barça encarrila su sexta semifinal seguida. Tito, como Heynckes, ha dado descanso a la mayoría del equipo titular, que jugará en el Allianz Arena, y la buena noticia es que el alma del Barça, Messi, podrá estar presente, lo que es clave para pasar a la final. El precedente entre ambos, sólo para la estadística, pues el Bayern ha mejorado mucho, fue en cuartos de final de la «Champions» 2008-09. El resultado fue 4-0 en el Camp Nou y 1-1 en la vuelta. ¡Que se repita, por favor!
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