Restringido

Con chándal y a lo loco

La Razón
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No es de recibo. No puedes aterrizar en la Venezuela chavista, la que encarcela políticos, tirotea estudiantes, tortura discrepantes y condena a la población a la miseria, y decir pimpante que estás allí para ayudar con «responsabilidad y prudencia» a la democracia, respetando la soberanía del país. Ni ir encantado a ver al tirano horas después de que amenace con abrir las puertas del infierno si pierde hoy las elecciones y mientras se dedica a insultar al presidente del Gobierno de España. De Zapatero no podíamos esperar un gesto grande al estilo Felipe González, pero sí unas palabras de apoyo a Leopoldo López, quien desde casi dos años se marchita en un calabozo por el único delito de disentir en voz alta. Un líder que se precie no se puede parapetar, al estilo Pablo Iglesias, Monedero, Errejón y compañía, en la excusa podemita de que Venezuela es una democracia y Maduro ha sido elegido en las urnas. El Gorila Rojo II es un tramposo de la variante peligrosa. Lo ves embutido en su chándal de poliéster tricolor, soltando memeces del tipo «¡Go home, Rajoy!» y aquí algunos se ríen, pero no tiene gracia alguna. Controla el Ejército, la Corte Suprema y el Congreso. En la Administración del Estado sólo pueden trabajar sus secuaces y la Policía sólo se nutre de chavistas. Ha prohibido a más de 300 líderes opositores presentarse como candidatos. Ha transformado las milicias bolivarianas, integradas por facinerosos de porra y pistola, en una rama de las Fuerzas Armadas y ha cerrado los medios de comunicación que no se alineaban con él.

Este domingo volverá a hacer trampas, y a menos que la victoria de la oposición sea tan abrumadora como vaticinan las encuestas, alterará electrónicamente los resultados y manipulará los recuentos. Nada podemos esperar de la OEA o de la ONU, pero el mundo civilizado no puede ponerse de canto, como ha hecho la última década, cegado por mezquinos intereses comerciales. Nuestra sociedad no deja morir de hambre a los menesterosos, no tolera la brutalización de las mujeres, no acepta que se explote a los niños, no encarcela a los disidentes, asesina rivales políticos o apalea periodistas. En eso, somos como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Italia. No como la Nicaragua de Ortega, la Bolivia de Morales, la Cuba de Fidel, el Irán de los ayatolás o la Venezuela de Maduro. El Gorila Rojo II no será de los que pierdan los comicios y acepte el resultado educadamente. No tiene un pase y ZP tampoco.