Lluís Fernández
Cuando tenga 64 años
El 8 de diciembre de 1980, Mark David Chapman asesinaba a John Lennon a la entrada de su apartamento en el edificio Dakota. Ayer, cuando se cumplían treinta y cuatro años del deceso del músico, Paul McCartney declaró a una cadena televisiva que cuando se enteró de su muerte fue «un shock», un tremendo golpe, como le ocurrió a todo el mundo al conocer la terrible noticia. Ése fue el sino de dos de los miembros de los Beatles, no cumplir esos 64 años de la canción «When I’m Sixty-Four», incluida en el «Sgt. Pepper’s». John murió a los 40 años y George a los 54. Algo trágico si pensamos que el grupo rival, los Rolling Stones, siguen vivos después de una vida entregada a sus pasiones más desatadas, y al paso que llevan serán octogenarios y seguirán tocando rock and rroll porque les gusta. Como Paul McCarney, que a sus 74 es un setentón un tanto apergaminado pero canta, graba discos y sigue subido a la escena como esos artistas que quieren morir actuando ante su público. Y Ringo, con 74, sigue tocando la batería. Como dice la canción: «Cuando sea viejo y pierda el cabello, dentro de muchos años, ¿me seguirás enviando una botella de vino con una felicitación por San Valentín?». Era lo que pensaban los Beatles a mediados de los años 60, cuando el viento agitaba sus melenas: que a los sesenta años serían venerables ancianitos jugando con sus nietos, Vera, Chuck y Dave, en una villa de la isla de Wight.
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