Cuentas pendientes

Fin de semana deportivo apasionante, frustrante y convulso. Nadal pierde el tercer título en 2017 con Roger Federer. Carolina Marín no puede con Sindhu en la final del Abierto de India. Javier Fernández se cae y no revalida el cetro mundial. Pero todos ellos, cualquiera de ellos, se levanta. Seguro. El Parlamento Europeo cita al superagente Jorge Mendes –encargado de negocios de Cristiano Ronaldo, entre otros– y a Infantino, presidente de la FIFA, a declarar por el escándalo «Football Leaks». Peligro. Bartomeu se pone a las órdenes de Piqué y aviva el fuego contra el Madrid. ¡Qué valor! El Atlético ha adelantado al Sevilla por la favorable diferencia de goles. Hace un mes, Sampaoli era el entrenador del año, encabezaba la lista de éxitos y lideraba el rol de técnicos para ocupar banquillos de postín, incluido el del Barça. Una serie de traspiés encadenados ha rebajado sus expectativas. Esto es fútbol, que es a lo que juegan las niñas del AEM de Lleida en un torneo de chicos. Y han ganado. Campeonas infantiles de una Liga masculina.

De la mujer se han escrito necedades tales como ésta de Voltaire: «Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo». O ésta de Shakespeare: «Fragilidad tiene nombre de mujer». O ésta otra de Averroes: «La mujer no es más que el hombre imperfecto». En fin... Algunos estaban más guapos calladitos. No es el caso de Cheikh Saad, jugador mauritano del Eldense, colista del Grupo III de Segunda B, que el sábado perdió 12-0 con el Barcelona Atlético. Partido amañado. Está convencido y así lo ha denunciado. Ahora, y a pesar de que le han amenazado, va a dar los nombres de los cuatro futbolistas que, según él, intervinieron en el apaño. Siete entrenadores y 52 jugadores después en la presente temporada, las trampas saldrán a la luz. Que así sea. Esto no es el fútbol.