Reyes Monforte

Cuestión de centímetros

Toda la vida diciéndonos que el tamaño y la talla no importan y ahora parece que sí. Hay algunos que ya lo tenían claro, como la tribu mehinaku de la amazonía brasileña, donde los hombres altos son merecedores del máximo respeto mientras que aquellos con menos centímetros de estatura son tratados con desprecio y apodados con apelativos poco respetuosos, como itsi, que me van a perdonar que no traduzca, aunque hablando de medidas y de caballeros, témanse lo peor y acertarán. Triste, muy triste. Y así lo entendió el antropólogo que estudió la realidad de esta tribu, Thomas Gregor, que se sintió decepcionado con que la categoría humana se midiera en centímetros. Pero así es la vida. Dejando la selva y volviendo a España, las cosas no nos van tan mal porque, según un estudio del CSIC, los españoles hemos crecido hasta 10 centímetros en las últimas décadas del siglo XX, por lo que parece que estamos que nos salimos. Tanto que no cabemos en los trajes que nos hacen. Lo positivo es que nos dicen que la culpa de no dar la talla establecida no es nuestra sino del método de patrones, que se nos ha quedado un poco antiguo, ya que se remonta a la década de los 70. Y en esas están, actualizando las medidas de la población, midiéndonos. A ver si no ajustan más de la cuenta y nos dejan estar un poco a nuestras anchas. Pero salga lo que salga de las mediciones, da gusto que por una vez la culpa esté en el patrón y no en el ciudadano medio.