Debate de investidura

Curso de fogueo

La Razón
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En estas «legislaturas interruptus» que nos estamos dando estamos a punto de vivir otro episodio con el que iniciar el curso escolar. Ahora que parece que la educación se cuela en las negociaciones, no la cultura a la que dejan las derechas más o menos centradas como patrimonio absoluto de la izquierda, veremos otro ejemplo más de lo que son los malos estudiantes. Rajoy llega a la investidura después de que los mejores de los suyos, en persona o por vía interpuesta, hayan desbrozado con Ciudadanos el «minué». Todos saben que con tan poco programa no se llenan cuatro años, pero sí la necesaria sesión de investidura. No porque de ella vaya a salir un presidente del Gobierno, que no lo creo, sino porque todos tienen la necesidad de arrear a Rajoy y aquí se incluye a los que le darán el «sí quiero pero no te quiero». Todos se han generado esa necesidad, quizá obviando las habilidades parlamentarias del presidente en funciones. Así que lo que nos espera es un entretenido Pleno al final del cual no tendremos presidente. Si nuestra democracia tuviera padre diría aquello de Gila de «me habéis dejado sin hijo pero lo que me he reído», pero ni padre ni madre que la conozca ni la reconozca, que anunció Alfonso Guerra. Así que después de tirarle pelotillas de papel de sobre y arroz con el canuto del bic daremos por inaugurado el curso. Lo haremos con la amenaza de votar en Navidad, que es una hipótesis con la que los «memistas» hacen el agosto y que este país no podría soportar. Pero es una hipótesis que no va a hacer cambiar el sentido del voto del PSOE que con Sánchez a la cabeza se ha «bunkerizado» y de ese NO «no se moverán» vengan terceras o una invasión alienígena que entre por Vigo. Así que después de lo de la semana que viene nos tendremos que preparar para otros paréntesis antes de la segunda toma o el segundo asalto, que puede llegar a finales de mes. Ese espacio entre los corchetes de la legislatura lo vamos a completar con una agenda de las «históricas». Por Cataluña vienen diadas, mociones y desconexión por dosis y sin posología, mientras Colau y los suyos consolidan como formación lo que ya son como fuerza política. En el País Vasco las elecciones tienen que determinar con qué muleta va a seguir gobernando el PNV y en Galicia es donde más tramas se abren. Hay una básica que es la de la victoria. Feijóo sabe que o absoluta o deja la presidencia, y si llega la absoluta abre otro capítulo de nuestra vida política, el de la sucesión... Continuará.