Angel del Río

Doctorarse en fastidiar

Doctorarse en fastidiar
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No estoy de acuerdo con esos catastrofistas que aseguran que muchos jóvenes van a la universidad pública a perder el tiempo, a desperdiciar el dinero que es de todos. Me niego a creer que haya universitarios que contesten en un examen que «la gallina es un mamífero» o que «el Duero pasa por Madrid», porque si se empeñan en aprender, aprenden. Varios estudiantes de la Universidad Complutense (rama campus de Somosaguas) llevan camino de doctorarse cum laude en construcción de diques fabricados con bancos, maderas, cristales y otros objetos que contribuyan a levantar una barrera sobre el asfalto. Lo hicieron ayer para cortar al tráfico el acceso a las facultades, como una especie de proyecto fin de movilizaciones, o mejor dicho, como traca de apertura de la huelga estudiantil. Dicen que han copiado el temario de los sindicatos, incluso que han tenido a algún avezado profesor sindicalista. Hay que reconocerles a los constructores de obstáculos su nivel de respeto y delicadeza con las víctimas de su reivindicación, pues tuvieron el detalle de coronar el obstáculo que impedía el paso, con una pancarta en la que se podía leer: «Huelga. Cuidado cristales!». De sus mayores del sindicalismo también han aprendido la filosofía del «piquete». Algunos fueron más lejos y apilaron maderas y pancartas sobre las vías del tren. Protestan en defensa de la enseñanza pública y contra la subida de las tasas, y han aprendido rápidamente, la asignatura de mala educación para la ciudadanía, la que enseña métodos de protesta que consiste en fastidiar al mayor número de inocentes posible. Un 10 en esta materia.