Ely del Valle

Dos hombres y un desatino

Las redes sociales, que ya tienen mucho más predicamento que cualquier medio de comunicación y son muchísimo mas de fiar que cualquier comunicado oficial se han cebado con el capitán de la selección catalana de futbol por hablar en castellano. Ocurrió durante esa contienda de selecciones que sirvió para que viéramos a Mas y a Urkullu compartiendo palco como dos reyes medievales luciendo ejércitos. Durante 90 minutos, San Mamés se convirtió en el nacionalismo con dos ombligos, en el terreno amigo donde dos presidentes autonómicos se hablaron como presidentes de naciones, que es algo que les priva. Eso si, en español, porque los insultos del ágora tuitero habrán sido para el pobre Sergio García, pero no se creerán que en el palco Mas y Urkullu se han hablado en esperanto...

Una de las conclusiones a las que han llegado estos dos hombres de Estado es que hay una corriente centralizadora por parte del gobierno de Rajoy que no les gusta un pelo porque les dificulta su propio intento de centralizar el poder en sus respectivos territorios. El reparto, cuando no es a su favor, no tiene cabida en los planes del nacionalismo. Ahora Urkullu, hace piña con Mas, a ver si así consigue que los que siguen soñando con la patria vasca se despierten del letargo y contrarresten el voto a Podemos. Mas, por su parte, pacta con quien sea con tal de demostrar que tiene apoyos. Y para sellar su compromiso, nada mejor que un simbólico enfrentamiento entre sus dos selecciones, que para eso las tienen y hay que lucirlas aunque siempre empaten para dejar claro que ninguno es más nacionalista que el otro.

Luego, claro, te sale un capitán que habla en enemigo, y las redes sociales se llenan de intelectuales a los que lo de la «intolerable amenaza centralista» les importa un bledo porque un futbolista españolizado es mucho más peligroso. Qué cosas.