Paloma Pedrero
El alcohol
Han creado una pastilla para que los alcohólicos beban menos. Pobres criaturas, siempre he sentido una piedad especial por ellos. Quizá porque tuve uno muy cerca en casa, pacifico y buena gente. Dicen los neurólogos que este fármaco, llamado Selincro, es un modulador del sistema opioide que actúa sobre el circuito de recompensa del cerebro, que está mal regulado en los pacientes con dependencia del alcohol. Es decir, que los adictos a las copas tienen un desequilibrio en algún circuito cerebral, lo que condiciona su consumo. En España hay dos millones de alcohólicos confesos. Hombres y mujeres que pueden llegar a dilapidar todo lo que tienen por su ligazón con la bebida. Familia, amigos, trabajo y hasta hogar. Les conozco bien, hace quince años que trabajo con ellos, a través del teatro. En la ong "Caídos del cielo"hay, entre otros, adictos a toda clase de sustancias. Personas, por lo general, con gran sensibilidad y talento para las artes. Sin embargo, en este país a los adictos siempre se les mira con enorme desprecio. Se les juzga como sinvergüenzas y no como enfermos. Y mueven más al miedo que a la compasión. Por eso hay que contarle a la sociedad la realidad de estas personas. Que se sepa que la mayoría lucha esforzadamente para dejar su adicción, que sufren viendo que caen y vuelven a caer en las drogas, que se desesperan al verse al margen de los demás. Seguramente esta pastilla no será la panacea, pero ojalá pueda ser una apoyo más. Yo conozco a alguno que ha dejado de beber desde que comenzó a hacer teatro. Hay que combinar fármacos y amor. Hay que ayudarles a transformar su dolor en belleza.
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