Política

Alfonso Merlos

El convento separatista

El convento separatista
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Todo es bueno para el convento. ¡Claro que sí! El del separatismo, el que reúne a los defensores de la causa de dividir, a los prebostes de la archinoble tarea de emponzoñar y hasta de encabronar a los ciudadanos de bien, innecesariamente, inopinadamente. Pero así son ellos. Nunca mejor dicho. La exclusiva que hoy revela LA RAZÓN significa que Artur Mas está dispuesto a ofrecerle a los musulmanes el oro y el moro con tal de que se adhieran a sus alucinaciones y le den un impulso hipócrita o ciego a su descacharrante, fallido y provocador proyecto de ruptura. No es el no va más, porque pasado mañana asistiremos a otra iniciativa lunática, a otra astracanada del desquiciado promotor de este disparate. Que nadie lo dude. Pero es grave que se juegue con los sentimientos, con la fe, con lo más íntimo de las personas a cambio de un apoyo incondicional y absolutamente interesado a la idea de romper España y generar inestabilidad en todos los ámbitos imaginables de la convivencia sana y colectiva. ¡¿Qué es eso de «yo te hago una mezquita si tú me das el OK a la independencia»?! ¿Puede haber en pleno siglo XXI forma más cutre y ruin de caciquismo? ¿Puede haber mayor insulto a los que lo han echado todo a la superioridad de eso que llaman pomposamente «autogobierno»? No le demos más vueltas de las necesarias. Estamos ante el antidemocrático y viejo ensayo de la compra de votos. No exactamente a cambio de monedas, que también. Sino en este caso con las facilidades para ponerse mirando a La Meca como contrapartida. Así de evidente, de triste, de grotesco. Una actitud autoritaria y retrógrada pero, sobre todo, perdedora. Los amiguetes de CiU y de ERC se han convertido por anticipado en unos «losers», que diría un cursi. Pero no nos engañemos. Esta información destapa lo que de largo intuíamos. Toda treta, trampa, maquinación, estafa, jaimitada es válida si apuntala el sueño del Estado Catalán Independiente. Y aun así se van a estrellar. ¿Qué apostamos?