Toni Bolaño
El fin justifica los medios
«Llevar a término una orientación general del proceso para hacer efectiva la consulta sobre el futuro político de Cataluña». Este es el primer punto del anexo de la carta que el Presidente de la Generalitat ha enviado a las entidades convocadas a la reunión constitutiva del pacto nacional por el derecho a decidir. Artur Mas lo plantea como democrático y abierto para recabar el apoyo de la sociedad civil. Sin embargo, es un planteamiento tramposo. No es neutral en contra de lo que puede parecer. El objetivo de la reunión es otro. Muy diferente. Está camuflado bajo un lenguaje alambicado y manipulador. Se dicen unas cosas para decir otras.
«Llevar a término una orientación general del proceso» es lo mismo que decir «cómo llevar a término la ruptura con España» y «hacer efectiva la consulta sobre el futuro político» es igual a «cómo vamos a llevar a cabo la consulta para alcanzar la independencia de Cataluña». Los secesionistas defienden, valga la redundancia, la secesión pero la camuflan bajo grandilocuentes palabras. Se llenan la boca de democracia y de participación para sumar a los que de buena fe creen que la consulta pondrá fin a este cansino debate instalado en la política catalana.
No será así. El último punto del apartado, «Naturaleza, objetivos y funciones» del pacto, es «hacer pedagogía». Hablando en plata, se trata de «comer el coco» a todos los que todavía no están convencidos, para conseguir «que el debate sobre el futuro de Cataluña llegue a toda la sociedad civil catalana». En conclusión, todo el montaje persigue un objetivo: alcanzar la mayoría. Pero, sin hablar claro. El fin justifica los medios. Mienten, engañan y falsean la realidad. Tienen prevista su hoja de ruta que acaba con la creación de un estado independiente, aunque lo visten de estado propio.
Con ardides y tretas como este pacto nacional intentan sumar a su carro a las entidades cívicas. Saben que si hablan claro llamando a su afamada consulta referéndum sobre la independencia, y al proceso nacional directamente ruptura, corren riesgos. Quieren jugar la partida con las cartas marcadas. Saben que con todas las cartas sobre la mesa cada cual hará lo que considere en conciencia. No se lo pueden permitir. Por eso, montan en el Parlament el espectáculo del pacto nacional. Algunos no quieren ver el bosque detrás del árbol. Si ahora entran en su juego, que luego no se quejen.
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