Alfonso Merlos
El forajido «vaguete»
Se compara con Gandhi, se ha venido arriba en el arte del asalto a la propiedad privada, en cuatro días va a pedir en serio el Nobel de la Paz; y es que, como todo el mundo sabe, aquel legendario líder espiritual fue condecorado porque se entregaba a recorrer la India asaltando mercadillos, aterrorizando a dependientas y ocupando terrenos que no eran suyos. ¡Qué difícil es encontrar un personaje y un panorama más estrafalario, más chusco, más decadente, más demodé!
¡Y cuánto fraude! Porque resulta que, según revela LA RAZÓN, el bandolero que saca tiempo de cuando en cuando para pegarle un palo a algún establecimiento comercial o allanar una finca (¡para así reflotarla económicamente, dice!) es incapaz de sacar unas horas para currar en aquello para lo que le pagamos. En Marinaleda ya se sabe desde hace años que el señorito no tiene necesidad de convocar plenos porque aquello va de cine (¡para los comunistas que le bailan el agua, claro!). Y como diputado presenta una iniciativa en todo el periodo de Gobierno de Griñán. Impresionante. Pero seguro que superable por algún otro manta que no andará muy lejos.
¿Qué pasa, que Andalucía va sobre ruedas y no hay nada que proponer, planes que llevar a la práctica, medidas para desatascar y dinamizar la región? ¿Son éstos de Izquierda Unida los que iban a vigilar estrechamente desde dentro del Gobierno a un PSOE romo, desfondado y carcomido por la corrupción? ¡¿Qué clase de tomadura de pelo es ésta?!
Dejémonos de rodeos. Sánchez Gordillo, en esta España que con tanta facilidad y de manera tan errática crea falsos héroes, queda retratado desde hoy como un holgazán, un zángano, un político indolente, un cuatrero con pañoleta palestina en busca del aplauso fácil. Y del sueldo público más fácil todavía. ¡Qué país!
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