Presidencia del Gobierno
El gobierno de Rajoy ya está en Google
Muchos colegas fardones y bien informados –y no por ello menos colegas y no menos informados– se devanan los sesos haciendo quinielas públicas o privadas sobre la composición del nuevo gobierno. La única manera de conocer de antemano el gabinete de Mariano es buscarlo en Google, el buscador que te lleva a páginas que dicen la verdad y otras muchas que mienten. Pablo Iglesias animaba a enterarse allí de lo que es la cruz de Borgoña, un asunto que igual buscó de antemano y no conoció hasta la víspera. Iglesias, el hombre que se equivocó con el referéndum de autonomía de Andalucía por no darle a la web y que luego vino dando lecciones de historia daltónica, que si era roja o verde. Antes de anunciar el epílogo que igual nos trae hasta un nuevo calendario, como en todas esas revoluciones que comienzan por cambiar el nombre de los días.
Quien no haya echado mano de esa herramienta para llenar las interminables lagunas de nuestra incultura sin límites que levante la mano. O el dedo del teclado. Más allá de esos nombres que parecen cantados en el Ejecutivo todo lo demás es imprevisible. Rajoy marca la letra y la música, el tempo. Así que no pierdan el tiempo. Hasta mañana por la tarde cualquier cosa que digan puede ser utilizada en su contra. Siempre serán recordados por los que se equivocaron e hicieron el ridículo. Rajoy no se maneja bien en twitter, mejora con los SMS, según confesó, y lo de Google se lo cuenta uno que puede ser ministro. O no. Mañana estaremos dando al buscador para rellenar las biografías de los que lucirán cartera, esas sorpresas, porque de los demás ya lo sabremos todo. Luego están a los que Rajoy les hará la cobra, como David Bisbal a Chenoa. Esos que creen que están pero no estarán. Otra vez será. Algo tendrá esa silla mal pagada del consejo cuando le salen tantos novios y novias. ¿No es verdad ángel de amor? El poder.
En estos momentos que antecede la gran decisión, días de payasos asesinos, los periodistas jugamos de nuevo al «Sálvame deluxe». Si menganita se lleva mal con zutanita y esos análisis tan imprescindibles para la gobernabilidad del país, como si esto se redujera a una pelea de gatas. Sólo falta que nos pasen por el polígrafo de Conchita o nos sometan a una sesión de hipnosis. ¿Es cierto que este/esta va al ministerio de Industria? ¿Habrá una cartera de Cultura? Pues el polígrafo dice que mienten. Lo dicho, todo está en Google. Sólo tienen que poner el nombre adecuado y no confundir apellidos que se repiten en las listas. De Nadal a nada sólo les separa una letra. Y así. Este ha sido el puente de los teléfonos con batería perpetua y destinos cercanos por si hay que personarse en Zarzuela el viernes con el estilismo perfecto. Nos vemos mañana en la wikipedia una vez superados dos o tres infartos. Será la tarde en que hasta Iglesias abusará de Google, a la caza de una puerta giratoria, de una bruja a la que quemar en el azufre que le sobró de Halloween.
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