Francisco Marhuenda
El silencio cómplice en un oasis hediondo
Los datos que se van conociendo del escándalo Pujol provocan estupor, porque el enriquecimiento de la familia es tan espectacular que hace necesario que se ofrezcan explicaciones detalladas. El informe de la UDEF pone de manifiesto la existencia de una trama que afectó al Gobierno catalán durante décadas. No era actividad empresarial de los hijos de Pujol, sino el cobro de comisiones para ejercer de «conseguidor» e incluso las percibían sin haber hecho nada. Es decir, por la cara. A estas alturas resulta poco creíble la excusa de una herencia paterna y todo parece indicar que estamos ante el cobro sistemático de comisiones con un perjuicio multimillonario para las cuentas públicas. La fortuna familiar se situaría en unos niveles tan extraordinarios que causa vergüenza ajena y muestra una desfachatez que sólo puede ser una consecuencia de la impunidad con que actuaban al amparo del inmenso poder que tenía el expresidente de la Generalitat. Es sorprendente que vuelva a funcionar el «oasis catalán» y que el PP se haya quedado solo en la petición de una comisión de investigación. Nunca he estado en un oasis, pero un amigo me aseguró que son lugares sucios y con malos olores muy alejados de la imagen idílica de las películas de Hollywood protagonizadas por Rock Hudson o Tony Curtis. El «silencio» cómplice que ha existido en la política, los medios empresariales y de comunicación catalanes es un reflejo de un estado de la situación tan preocupante como inaceptable democráticamente. Cataluña no se merece un escándalo de estas dimensiones. El silencio es quizás, además del robo sistemático de las arcas públicas, lo más lacerante de lo sucedido. Ahora es evidente que mucha gente miraba hacia otro lado mientras la familia Pujol hacía negocios al amparo del Palau de la Generalitat. La dirección de CiU es muy poco creíble y el cobro de comisiones ha causado un gran perjuicio a los catalanes. Ha servido para crear una fortuna propia de un nuevo rico sin ninguna clase. ¿Nadie sabía nada? ¿Ningún empresario le comentó a Mas lo que estaba sucediendo? Los consellers miraban hacia otro lado cuando el «conseguidor» se movía por los departamentos como si fueran su feudo particular. Me pregunto por qué CiU, PSC, ERC, ICV y Ciutadans coinciden en rechazar una comisión de investigación. No lo entiendo y no creo que nadie decente pueda entender que no se quiera saber qué ha sucedido durante estos años. Por lo visto nadie quiere saber el alcance real del saqueo que se ha vivido durante estas décadas y todos prefieren que Cataluña siga siendo, desgraciadamente, un oasis hediondo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar