Política

Alfonso Merlos

Estrategia de perdedores

Estrategia de perdedores
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¡Estamos salvados! Los españoles no podíamos salir adelante día a día sin tener la definitiva confirmación del grupo internacional de verificadores certificando que ETA va en serio. Aunque en realidad, la garantía de estos personajes es igual de auténtica que una moneda de tres euros. Y desde luego, representa una ofensa para las víctimas del terrorismo. Sin paliativos.

¿En qué clase de juego están metidos los pistoleros y quienes ejercen de defensores y justificadores de sus fechorías? ¿Acaso creen unos y otros que la mayoría absoluta de los españoles somos presas del síndrome de Estocolmo? ¿Tenemos que agradecer el nuevo anuncio de una banda de matones que no colabora con la justicia, que no anuncia su desintegración, que no tiene lo que hay que tener para pedir perdón a las miles de familias que ha destrozado con sus masivos atentados y sus infames amenazas y sus viles campañas de extorsión?

No, encapuchados, no. El desarme tiene un principio y un final. Y el proceso completo se puede llevar a cabo en 24 horas, no en 24 meses. Naturalmente, si hay voluntad. Pero aquí estamos ante la clásica estrategia de unos perdedores que buscan marear la perdiz, que intentan distraer al personal, que se dedican a lanzar la pelota al tejado de unos y otros eludiendo responsabilidades. ¡Y con las manos manchadas de sangre!

A esta organización criminal no se le debe exigir ni más ni menos que a ninguna otra mafia. Porque parte de sus integrantes siguen fugados, en busca y captura. Y porque de forma penosa pretende eludir las consecuencias de sus atrocidades poniéndose en manos de unos supuestos mediadores que carecen de credibilidad, de estatura ética y de vergüenza torera. No hay más.